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Le sacaron los dientes y la mutilaron. Conoce la triste historia de Cholita antes de conocer la libertad.
Imaginar a un oso andino con sus lindos anteojos blancos en contraste con el pelo negro haciendo alguna payasada en el circo, es de las cosas más adorable que se puedan ver. Sin embargo, este tipo de presentaciones siempre tienen un lado oscuro y que no se debería seguir permitiendo ni por un día más.
La historia a continuación es de las más tristes que podrás escuchar jamás, y probablemente de las que te quiten definitivamente las ganas de volver a pisar un circo en que utilicen animales. Se trata de Cholita. Una osa andina o también conocida como oso de anteojos o frontino, que tuvo la terrible suerte de ser capturada por el hombre a los pocos años de edad o quien sabe, incluso desde que nació. Así, pasó décadas sufriendo. Le destrozaron los dientes para que no pudiese morder a nadie, y aún peor, le mutilaron parte de los dedos de manos y pies, para extraer las uñas con el mismo propósito.
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Su hogar consistía en una jaula de 1,5 metros cuadrados, lo que le provocó un nivel de estrés enorme y por consiguiente alopecia (caída de todo el pelo de su cuerpo). El resto del tiempo lo pasaba trabajando bajo las luces del circo, lo que significaba cientos de golpes con el objeto de que todo saliera perfecto.
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Así, Cholita pasó de ser un maravilloso ejemplar de su especie, a algo más parecido a un roedor gigante, y por consiguiente, un animal dado de baja, que ya no servía para el espectáculo. La enviaron a un zoológico, y dentro del mismo le estuvieron buscando un hogar donde la pudiesen tener en mejores condiciones. La ayuda demoró en llegar 10 años, pero lo hizo para que los últimos días de la osa fueran inolvidables.
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En marzo del 2015, su conmovedora historia desató toda una campaña en redes sociales para rescatarla. Twitter se plagó de sus fotos, más de 30.000 personas vieron su video en Youtube y varias otras organizaciones de derechos de los animales se hicieron parte de la causa. Finalmente Animal Defenders International (ADI), una organización pro defensa de los derechos animales con sede en Londres, lideró la campaña para sacar a Cholita de Perú y trasladarla a un santuario en Estados Unidos.
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La organización se puso de acuerdo con el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EE.UU. y rápidamente confirmaron un permiso de importación para que Cholita ingresara al país. A continuación se dirigieron al lugar con un camión de rescate y de inmediato la comenzaron a atender como se merecía. La osa ya está en su nuevo hogar en The Wild Animal Sanctuary, en Colorado, donde recibe todos los cuidados y medicinas que necesita, además de nuevos amigos y todas las golosinas que se le antojen.