La tierra es el único mundo para nosotros, al menos por ahora. Pero nuestro planeta es pequeñísimo en comparación a las estrellas y galaxias que constituyen el universo. Incluso nuestra galaxia es apenas un punto en una estructura mayor, la cual fue revelada por primera vez por un grupo de científicos que crearon un mapa con más de 8.000 galaxias para intentar entender cómo se ubican en el universo.
El equipo sitúo a la Vía Láctea a las afueras de un masivo y antes desconocido supercúmulo de galaxias, que los científicos han llamado Laniakea, inspirado en las palabras hawaianas para “cielo inmensurable”.
Este descubrimiento, que fue publicado por la revista Nature, surge a partir de una nueva técnica de cartografía que combina no solo la distancia entre más de 8.000 galaxias cercanas, sino también cómo se mueve a medida que el universo se expande y la gravedad mueve a las galaxias por el espacio.
Como explican los científicos, el universo puede ser entendido como una red de galaxias: una red cósmica. Eso deja espacios vastos y vacíos en algunas áreas, pero supercúmulos de galaxias en otras partes. Estos cúmulos son las estructuras más grandes que existen. La técnica permite a los astrónomos por primera vez delinear claramente dónde termina un supercúmulo de galaxias y dónde comienza otro.
Los nuevos mapas muestran que la Vía Láctea, junto al cúmulo Virgo y otras 100.000 galaxias, están navegando gravitacionalmente en la misma gigantesca piscina cósmica, llamada Laniakea. La mayoría de las galaxias son atraídas al núcleo de un supercúmulo, un centro denso llamado “el gran atrayente” (área amarilla en la fotografía inferior). En Laniakea, a pesar de que nuestra galaxia está en el borde lejano del sistema, somos atraídos por la gravedad del gran atrayente.
El supercúmulo tiene más de 520 millones de años luz en diámetro. Un año luz es la distancia que la luz, que se mueve a 300.000 km/s, viaja en un año, o aproximadamente 9,46 trillones de kilómetros. Los científicos creían que la Vía Láctea, que es donde la tierra y el resto del sistema solar residen, era parte de un cúmulo de unos 100 millones de años luz en diámetro. El nuevo estudio muestra que la estructura es solo un apéndice de la más grande Laniakea.
Adyacente a Laniakea están los supercúmulos de Shapley, Hércules, Coma y Perseo-Piscis, aunque los límites lejanos de los sistemas galácticos vecinos aún no han sido determinados. Se necesitarán miles de nuevas mediciones de distancia para eso, dice el astrónomo e investigador en jefe Brent Tully de la Universidad de Hawái.
“Ni siquiera hemos visto los bordes de nuestros vecinos y no hemos visto lo suficientemente lejos para entender qué está causando este movimiento completo de nuestra galaxia”, dijo Tully en una entrevista. El astrónomo Elmo Tempel, del observatorio Tartu en Estonia, comentó en otra publicación relacionada de Nature que se espera que un método claro para identificar supercúmulos, ayudará a los científicos a tener una mejor idea de cómo las galaxias, incluyendo la Vía Láctea, evolucionan.
“Esperamos que esto hará que los programas observacionales realicen mediciones directas de distancia adicionales de las galaxias”, escribió al respecto Tempel.