Ahora entiendo por qué mi perro siempre sabe el momento exacto en el que necesito su apoyo y cariño.
Tu mascota puede entender tus sentimientos y emociones con sólo mirarte a la cara. Gracias a un reciente estudio publicado por la revista Current Biology, se ha confirmado que los perros pueden distinguir entre un rostro humano feliz o uno enfadado. Según los autores de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, esta es la primera evidencia de que un animal puede distinguir los gestos de la cara en las personas. También son capaces de entender lo que estas señales comunicativas no verbales suponen.
“Creemos que los perros en nuestro estudio podrían haber resuelto la tarea aplicando sólo su conocimiento de las expresiones emocionales de los seres humanos a las imágenes desconocidas que les presentamos”, dice Corsin Müller, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.
Previamente se habían hecho ensayos para intentar comprobar si los perros eran capaces de discriminar entre las expresiones emocionales humanas, pero ninguno había sido completamente convincente. En esta nueva investigación, los investigadores entrenaron a los perros específicamente para que diferenciaran entre imágenes de una misma persona pero con un rostro contento o enfadado. Así lo publicó el portal Eurekalert.org en un comunicado.
Los perros fueron adiestrados en 15 pares de fotos, en las que en todos los casos se les mostró únicamente la parte superior o la mitad inferior de la cara. Las capacidades discriminatorias de los perros se ensayaron en cuatro tipos de pruebas:
- Incluyendo la misma mitad de las caras del entrenamiento, pero de caras nuevas;
- La otra mitad de las caras utilizadas en el adiestramiento;
- La otra mitad de las caras nuevas;
- y la mitad izquierda de las caras utilizadas en la preparación.
Con estas observaciones se descubrió que los perros eran capaces, con más frecuencia de la esperada, de distinguir entre la cara enfadada o la feliz. Los resultados mostraron que podían aprender a identificar expresiones faciales y aplicar esos conocimientos aprendidos durante el adiestramiento en nuevas señales.
“Nuestro estudio demuestra que los perros pueden distinguir expresiones de enojo y felicidad en los seres humanos, que pueden saber que estas dos expresiones tienen significados diferentes, y que pueden hacer esto, no sólo con las personas que conocen bien, sino incluso con las caras que nunca han visto antes“, dice Ludwig Huber, autor principal y jefe del grupo del Instituto de Investigación Messerli de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena. Añade que la conclusión obtenida de este análisis es que “parece probable que los perros asocian una cara sonriente con un significado positivo y una expresión facial de enojo con un significado negativo”.
Otro resultado obtenido en este experimento, del que informan Müller y Huber es que los perros tardaban mucho en asociar una cara enfadada con una recompensa, lo que sugiere que ya tenían una idea basada en la experiencia previa de que, por instinto, es mejor mantenerse alejado de un humano cuando le mira con gesto agresivo.
Los resultados de esta investigación no hacen sino corroborar las capacidades que poseen los perros tanto de aprender de las experiencias vividas con humanos como de distinguir cuales los tratan mal y cuales les ofrecen un gesto amistoso. Muchas veces se infravalora la inteligencia de los perros creyendo que son meras mascotas, cuando en realidad a veces comprenden a las personas mejor que ellas mismas.
No puedo dejar de recordar las palabras de Pamela Dugdale en este momento, que dicen: “Para que te quiera un gato, has de convertirte en medio gato. Para que te quiera un perro, debes aceptarlo como medio humano”.