El fotógrafo Álvaro Cubero se especializa en la fotografía de naturaleza en su natal Costa Rica. Ha dedicado los últimos 5 años de su vida a lo que lo apasiona, pero sin duda hay una especie de ave que lo cautivó desde que comenzó a experimentar con la fotografía y que no pierde oportunidad de buscar y fotografiar: el Quetzal Resplandeciente.
Considerada una deidad por la cultura Maya y Azteca, destaca en la lista de las 10 aves más hermosas del mundo y además es el Ave Nacional de Guatemala. El Quetzal Resplandeciente se puede encontrar en todo América Central y el sur de México, en los bosques nubosos poco perturbados por el hombre. Lamentablemente su hábitat se ha visto reducido y es bastante raro de observar en estado salvaje, sin embargo en Costa Rica aún es posible verlo con regularidad.
Se cree que en Costa Rica existe la mayor densidad de quetzales en el mundo (individuos por kilómetro cuadrado) y Álvaro Cubero se ha propuesto retratar y documentar a esta belleza de largas plumas. El macho y la hembra son muy diferentes, el macho presenta un color rojo intenso en su pecho, una cresta en su cabeza y largas plumas que parecen ser su cola, sin embargo se trata de unas plumas cobertoras y que en realidad salen de su espalda. La hembra es más sencilla: tiene un color grisáceo en su pecho y un pico oscuro.
Su principal alimento es el “aguacatillo”, un fruto familia del aguacate y arman sus nidos en árboles de madera suave, donde hacen un hueco dentro del tronco. En las fotografías podemos ver tanto machos como hembras en sus labores cotidianas de alimentación, anidación y percha en los bosques nubosos de la Cordillera de Talamanca en Costa Rica. Para lograr estas fotografías Álvaro requirió de mucha paciencia e incluso hasta 8 horas continuas esperando en su hábitat.
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