Adivina buen adivinador, quién es el más veloz… ¿Una pista? No es el felino que tienes en mente.
No es el halcón peregrino, ni el guepardo. En realidad la criatura más rápida que existe es tan pequeña que pasa inadvertida ante el ojo humano, a menos que estés hurgando en el excremento del ganado…Para terminar rápido con el misterio, te cuento que el ganador en la competencia de aceleración de la Tierra es un hongo llamado Pilobolus y el récord de velocidad lo rompe con la aceleración que alcanza con el mecanismo que utiliza para esparcir sus esporas.
Lo impresionante de este hongo es que a pesar de medir menos de 5 cm de alto, puede expulsar la cápsula de su espora –la parte negra– a 2 metros de distancia acelerando de 0 a 10 m/s en sólo 2 millonésimas de segundo. Para hacer las cosas más simples, Richard Hammond de la BBC condujo un experimento comparando la aceleración que alcanza este hongo al escupir sus esporas, con el disparo de un rifle. Ellos descubrieron que mientras que la bala del rifle aceleró a 9,395 G o 9,395 veces la aceleración de la gravedad (toma en cuenta que 1 G son 9,8 m/s), el hongo alcanzó una aceleración de 20.000 G –más del doble que el rifle–.
Aquí puedes verlos en un video acelerado: