Las viejas fábricas de automóviles generaban la liberación de productos químicos tóxicos altamente perjudiciales para el medio ambiente que contaminaban el aire, agua y la tierra. Pero al parecer esto no era lo único que creaban…Por extraño que parezca, uno de los subproductos de la producción de automóviles fue Fordite, también conocida como el ágata de Detroit. Estos objetos que parecen piedras de colores toman el nombre de ágatas por su parecido visual, pero en vez de formarse a partir de sílice cristalizada microscópicamente durante millones de años, estas piedras se formaron a partir de capas de pintura sobre varias decenas de años.
En ese entonces la pintura de los automóviles goteaba sobre los bastidores de metal que transportan los coches a través de los talleres de pintura hacia el horno. La pintura se endurecía como una roca gracias a las altas temperaturas de los hornos y luego se formaban estos coloridos objetos. Cuenta la leyenda que luego los trabajadores de las fábricas tomaban estos pedazos y lo llevaban a sus esposas o hijos como regalo.
Desde entonces, la producción de automóviles se ha modernizado y las Fordite prácticamente son una reliquia del pasado. Algunos artesanos han aprovechado su atractiva imagen para hacer joyas y puede que algún día estos objetos lleguen a estar en alguna vitrina de exposición de algún museo. Al ver la pintura y los colores de estas piedras incluso se puede intentar adivinar en qué año fueron hechas ya que los colores de las pinturas de los coches seguían ciertas tendencias. Por ejemplo: en la década de 1940 los coches eran en su mayoría de esmalte negro o marrón, mientras que la década de 1960 marcó el comienzo de una era de lacas de colores.