Por Romina Bevilacqua
17 diciembre, 2014

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Muchos geckos pueden adherirse tenazmente a superficies lisas como techos y vidrios gracias a sus cojinetes adhesivos en los dedos de sus patas. Un pie puede sostener el peso de más de veinte veces el peso del lagarto. Pero lo que resulta aún más impresionante es que incluso un gecko muerto puede adherirse con tanta fuerza como uno vivo, de acuerdo con un estudio publicado en Biological Letters.

En el reverso de los dedos del gecko hay pequeñas estructuras llamadas satae, millones de estructuras muy finas como pelos, que proveen de un área aumentada para lograr un contacto realmente estrecho entre sus pies y la superficie de apoyo. Éstos operan a través de fuerzas de fricción y de moléculas, llamadas fuerzas de van der Waals. Los satae son curvos hacia el centro del pie, y cuando el gecko tira un dedo hacia afuera, los satae se enderezan. La adhesión de este pequeño lagarto es tan fuerte que las personas han intentado emularlo por años.

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Para ver si los geckos controlan activamente esta firme adhesión, William Stewart y Timothy Highman de la Universidad de California, Riverside, compararon el agarre de cinco geckos tokay (Gekko gecko) antes y después de treinta minutos de su muerte. Ellos desarrollaron un instrumento que mide la fuerza de adhesión mientras intentan despegar los pies del gecko de una superficie vertical de acrílico.

Lo que descubrieron, fue que los geckos muertos mantienen la habilidad de adherirse con la misma fuerza que los vivos y por lo tanto, la fuerza de su adhesión es intrínseca a su sistema adhesivo –es pasiva–. Un trabajo previo ha sugerido que se requiere una actividad muscular o neuronal  para empujar el pie y los dedos hacia una superficie. “Con respecto a los geckos, el ser pegajosos no requiere de esfuerzo. La muerte no afecta ni el movimiento ni la postura de los pies adheridos del gecko. No encontramos diferencia en la fuerza adhesiva o en el movimiento de dedos adheridos entre nuestros experimentos antes y después de la muerte”, dice Higham.

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La adhesión pasiva es una excelente y rentable forma de mantenerse estacionario en un hábitat, agrega Higham. “Por ejemplo, los geckos podrían colgarse de una superficie lisa vertical y dormir toda la noche sin usar energía”. El componente “activo” es una reducción de la fuerza de adhesión cuando el gecko hiperextiende sus dedos. Es ahí cuando el lagarto detiene o reduce la adhesión sólo enroscando las puntas de los dedos mientras el resto del pie permanece en la superficie. “En otras palabras, cuando las fuerzas se hacen muy altas, el gecko suelta el sistema usando sus músculos”, explica Stewart. Esto significa que los animales muertos tienen más posibilidades de causar daño a su sistema de adhesión, sugiriendo de qué forma el control activo opera para prevenir las lesiones.

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Visto en: Iflscience

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