En definitiva, es bastante duro el día de trabajo para un robot interplanetario.
El rover Curiosity de la NASA recientemente terminó su segundo año de exploración de Marte, y el duro ambiente del planeta rojo le ha pasado factura. Terreno rocoso, dunas de arena difíciles, y la exposición a las tormentas de polvo marcianas han dejado el robot-SUV con un poco peor aspecto por el desgaste, a medida que continúa su marcha hacia su objetivo final, el Monte de Sharp.
Uno de los mayores problemas que la NASA ha enfrentado es el daño a las seis ruedas del Curiosity.
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No sólo son las ruedas (una vez lisas), ahora rayadas y abollado por todas partes, pero en la parte inferior izquierda se puede ver uno de los muchos agujeros que ha desgarrado el aluminio.
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Uno de los muchos lugares en el rover cubierto de tierra rojiza…
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Este penique de Estados Unidos de 1909 es parte de una serie de marcas y objetos destinados a ayudar a calibrar las cámaras equipadas en el Curiosity.
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Un montón de piezas de Curiosity están expuestas, y continuarán acumulando suciedad a lo largo de la vida del rover.
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Con el centro de lavado más cercano a 320 millones de kilómetros de distancia, partes estáticas del rover como ésta están condenadas a acumular el polvo marciano.
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Otra área de calibración acumula el polvo, y el logotipo de Jet Propulsion Laboratory en la parte superior de la imagen está casi completamente oscurecida.
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El reloj de sol MarsDial también actúa como una herramienta de calibración para las cámaras. También se puede encontrar uno de estos en los rovers Spirit y Opportunity que actualmente residen en Marte.
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Estos dos “selfies” del Curiosity, cada uno hecho a partir de múltiples imágenes, muestran que la parte superior del rover (donde se encuentran las cámaras de navegación) se ha mantenido en buena forma a pesar del desgaste en otros lugares.
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Todas las imágenes son originales de NASA/JPL