Por Romina Bevilacqua
6 octubre, 2014

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Todos sabemos que el mundo como lo conocemos hoy, necesita energía. Y en tiempos donde el daño climático derivado de la energía proveniente del carbón y gas, es cada vez más repudiado las energías renovables se han convertido cada vez más en una buena alternativa.

La energía eólica, una fuente de energía mucho menos costosa que la nuclear y a carbón, es casi completamente benigna para el medio ambiente, no contribuye una gran cantidad de contaminantes y parece ser la energía ideal. Pero existen personas que no están de acuerdo y están luchando en contra de la instalación de turbinas de viento, como es el caso en Estados Unidos donde muchos creen que el aumento en la mortalidad de los pájaros es un efecto inaceptable producido por estas turbinas.

A través de demandas y protestas buscan proteger a una gran cantidad de pájaros de ser afectados por las grandes turbinas eólicas. Pero para muchos expertos, existe un problema en el argumento del aumento de mortalidad de pájaros. La mayoría de las investigaciones arrojan que tales turbinas, matan relativamente pocos pájaros en comparación a otras estructuras creadas por el hombre. Las estadísticas son impresionantes:

Las colisiones contra turbinas representan un décimo del porcentaje de todas las causas de muerte no natural de pájaros en Estados Unidos. Y de todas las muertes de pájaros al año, el 30% es por causas naturales, como por ejemplo, pájaros pequeños que se caen de sus nidos. Entonces ¿Por qué existe la idea que denomina a las turbinas de viento como “lavadoras de pájaros”? Todo comenzó en California con las aves de rapiña y las viejas turbinas que conforman el campo eólico “Altamont Pass”.

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El problema con las turbinas de viento

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Es fácil ver por qué las turbinas son potencialmente dañinas para los pájaros: Son unas aspas enormes que giran a una velocidad de 80 metros por segundo a por lo menos 30 metros de altura, obviamente son un problema para cualquier cosa que vuele cerca de ellas. Es un hecho que los pájaros que vuelan entre las turbinas mueren. La mayoría de estos pájaros son pájaros cantores y un 10% son aves de rapiña.

Por las aves de rapiña comenzaron las protestas cuando cientos de cuerpos fueron encontrados desparramados dentro del campo eólico Altamont Pass. Conservacionistas de aves se interesaron en la situación y en la idea de que las turbinas son una gran amenaza para las poblaciones de pájaros que habitan la zona. Pero la tasa de mortalidad de aves fue aplicada a todos los campos eólicos y el problema es que Altamont Pass es el único realmente dañino para ellos. Por lo que los números están inflados.

Altamont Pass es diferente por dos razones: La ubicación de las turbinas y el diseño de ellas. Hay más de 4.000 turbinas en el campo eólico Altamont Pass en California, es uno de los más grandes de Estados Unidos y sus turbinas tienen más de 20 años. Este tipo de turbinas fue descontinuado hace mucho tiempo, sus aspas son como rejillas, tienen una menor superficie que las que se usan en la actualidad pero son mucho más eficientes energéticamente –y mucho menos seguras para los pájaros–. La estructura de rejilla atrae a pájaros grandes porque el marco hace un excelente posadero para ellos. Estos pájaros grandes como las aves de rapiña son atraídos por la estructura y por eso la tasa de mortalidad es más alta.

El otro problema con el diseño de las aspas es la reducida área de superficie, porque al tener menos superficie, tienen que girar más rápido para encender la turbina que genera energía. Mientras más rápido giren las aspas, más peligroso es para los pájaros que vuelan cerca de ellas.  Es muy poco probable que un pájaro logre cruzar esas aspas cuando giran tan rápido.

Como si esto no fuera suficiente, la planta de poder Altamont Pass fue construida precisamente en el medio de una gran ruta migratoria de aves de mayor tamaño y además, en el área también habita la mayor población de águilas doradas. Con cientos de viejas turbinas localizadas en un área con una alta población de pájaros, es inevitable que las colisiones sean comunes. Se estima que 4.700 pájaros mueren al año debido a las turbinas de Altamont Pass y es el parque con más muertes al año

Ubicación y superficie

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En las últimas décadas, los diseños de las turbinas han cambiado drásticamente. Ahora las aspas son sólidas y tienen una superficie mucho mayor, por lo que no necesitan girar más rápido para generar energía. Aspas más lentas significan menos colisiones con pájaros.

Pero el cambio más grande en relación a la seguridad para los pájaros es la ubicación de los parques. No pueden existir parques en rutas migratorias o en áreas llamativas para pájaros. Y además existe un aumento en la tendencia de hacer parques en la costa, donde hay menos aves.

Posiblemente el mayor indicador que que las turbinas no son “lavadoras de pájaros”, es el aumento en la aprobación por parte de conservacionistas. La Organización Americana de Conservación de Aves apoya la generación de energía eólica si es amigable con los pájaros, si está ubicada en sectores autorizados y son de un diseño no dañino.

La Iniciativa de Winsconsin por las aves afirma que las turbinas de viento tienen menor impacto en los pájaros en comparación con las grandes ventanas de vidrio y las torres de comunicación. Y en el año 2006, la sociedad Audubon dio su figurativo sello de aprobación a la Asociación de Energía Eólica de Estados Unidos.

El presidente de la organización señaló: “Cuando miras una turbina de viento, puedes encontrar abajo los cuerpos de pájaros y contarlos. Con una planta energética de carbón, no puedes ver los cuerpos pero sí mata a más pájaros”.

Está claro que “cero” muertes causadas por turbinas sería el mejor caso, pero es una meta un poco irreal. Lo mejor que podemos esperar es que sigan mejorando los diseños y encontrando mejores lugares para crear los parques y así transformar la mejor energía alternativa que tenemos en “pájaro-amigable”. Mientras tanto, Altamont Pass está en proceso de cambiar sus turbinas por las aprobadas en la actualidad.

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