Por Romina Bevilacqua
1 enero, 2015

John D. Rockefeller construyó una vasta fortuna del petróleo. Ahora sus herederos dejan atrás a los combustibles fósiles. La familia cuya legendaria riqueza vino de Standard Oil anunció que su organización filantrópica de $860 millones de dólares, el Rockefeller Brothers Fund, se unirá al movimiento de liquidación que empezó un par de años atrás en los campus de universidades.

El anuncio es parte de una iniciativa más amplia que sigue ganando velocidad. En los últimos años, 180 instituciones –incluyendo filantropías, organizaciones religiosas, fondos de pensión y gobiernos locales– así también como cientos de adinerados inversionistas individuales se han comprometido a vender bienes atados a compañías de combustibles fósiles y a invertir en alternativas más limpias. Dentro de todo, los grupos han prometido liquidar activos valorados en más de $50 mil millones de dólares de sus portafolios, y los individuales más de $1 mil millones, de acuerdo a Arabella Advisors, una firma que consulta con filántropos e inversionistas para usar sus recursos para lograr metas sociales.

La gente que está vendiendo sus porcentajes de acciones de energía están al tanto de que es muy poco probable que sus acciones lleven a un cambio inmediato en las compañías, debido a su enorme mercado de capitalización y el flujo del dinero. Incluso así, algunos dicen que están tomando acciones para unir sus bienes con sus principios de medio ambiente. Otros quieren avergonzar a las compañías que creen están descuidadamente contribuyendo al calentamiento del planeta e incluso hay quienes dicen que la pelea para limitar el cambio climático llevará a nuevas regulaciones y a nuevas tecnologías disruptivas que harán que estás compañías sean una inversión riesgosa.

Básicamente, los inversionistas activistas dicen que sus acciones, como las de las luchas contra la segregación racial de los 1980s, podrían ayudar a incitar el debate internacional, mientras que el cambio de inversiones a energías alternativas podría llevar a soluciones para el puzzle de carbono. “Este es un momento de umbral”, dijo Ellen Dorsey, directora ejecutiva de Wallace Global Fund, quien ha coordinado el intento de reclutar fundaciones para la causa. “Este momento ha pasado rápidamente de ser un pequeño grupo activista a los medios principales”.

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No todos van a liquidar completamente o de inmediato, dijo la señorita Dorsey, y algunos van a liquidar sólo de sectores específicos de la industria de combustible fósil, como el carbón. “Lo más importante es que están moviéndose a un destino común”, agregó.

En el Rockefeller Brothers Fund, no hay equivocación pero sí cuidado, dijo Stephen Heintz, su presidente. El fondo ya ha eliminado inversiones involucradas con el carbón y las arenas bituminosas completamente, mientras que incrementaron sus inversiones en recursos de energía alternativos. Desenmarañar otras inversiones en un portafolio complejo del amplio campo de combustibles fósiles tomará más tiempo. “Nos estamos moviendo con sobriedad, pero con compromiso real”, dijo Heintz.

Steven Rockefeller, uno de los hijos de Nelson A. Rockefeller y miembro del consejo del fondo, dijo que ve problemas financieros en el futuro de compañías que han acumulado más reservas de las que pueden quemar sin contribuir mayormente al daño climático. “Vemos que esto tiene tanto una dimensión moral como una económica”, dijo.

Este activismo de parte de las compañías de combustibles fósiles comenzó en los campus de universidades de EE.UU, pero el registro de éxito ha sido mezclado. La universidad con el mayor legado, Harvard, ha decidido no participar, a pesar de la presión ejercida por muchos estudiantes y organizaciones ajenas. El presidente de Harvard Drew Gilpin Faust ha publicado declaraciones diciendo que ella y sus colegas no creen que la liquidación sea “justificada ni sabia” y ha argumentado que el legado de la escuela de “32,7 mil millones de dólares “es un recurso, no un instrumento para incitar cambio social o político”.

Stanford recientemente anunció que liquidaría sus acciones en la industria del carbón; la oficina de inversiones de la Universidad de Yale le pidió a los directores de su dinero que examinaran cómo sus inversiones afectan al cambio climático y que tuvieran cuidado de evitar compañías que no toman “pasos sensatos para reducir la emisión de gases de invernadero”. El anuncio no satisfizo a los estudiantes que presionaban para la liquidación.

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Pitzer College, es una de un número de escuelas que han prometido esfuerzos más extensos para remover a los combustibles fósiles de sus legados. Donald P. Gould, un miembro del consejo y presidente del comité de inversiones de Pitzer, y presidente de Gould Asset Management, dijo que todos los involucrados en la decisión sabían que el efecto directo e inmediato en las compañías sería mínimo.

“No creo que cualquiera que favorezca la liquidación está argumentando que la venta de las acciones de las instituciones tendrá mucho impacto, si es que tiene alguno, ni en las acciones ni en las mismas compañías”, dijo y agregó que el mercado de capitalización de las compañías es inmenso.

Incluso si el movimiento fuera a debilitar el precio de las acciones, las compañías de energía, que hacen mucho dinero de sus productos, no necesitan ir a mercados capitales para hacer dinero, dijo Gould. Pero añadió que a largo plazo “la liquidación busca trabajar indirectamente en estas compañías al cambiar la conversación sobre el clima”.

En una entrevista en las oficinas de Nueva York de la familia Rockefeller en el Rockefeller Center 30, los señores Heintz y Rockefeller junto con Valerie Rockefeller Wayne, la presidenta del fondo, hablaron sobre el largo compromiso de la familia de usar el fondo para avanzar en la resolución de problemas medio ambientales.

La familia también se ha comprometido en activismo de accionistas con Exxon Mobil, el más grande sucesor de Standard Oil. Los miembros se han reunido en privado con la compañía durante años para conseguir que modere su posición en temas relacionados con el medio ambiente y el cambio climático. Han admitido que no han logrado causar que la compañía altere en gran medida su curso.

Los Rockefellers también han tratado de incitar el cambio a través de inversiones directas. En los 1980s, el Sr. Rockefeller dijo, miembros de la familia formaron un fondo de $2 millones de dólares para invertir directamente en alternativas de energías renovables. Lo hicieron muy temprano. “El fondo no sobrevivió, lo que fue una lección”, señaló. Sin embargo, agregó, la falla del fondo fue una “medalla de honor”.

La Srta. Wayne dijo que el compromiso de la familia en intergeneracional, y aún continúa. Dijo que su hija de 8 años le da lecciones sobre la destrucción del hábitat del orangután para crear plantaciones de aceite de palmas. “Si me pongo lápiz labial, no me da besos”, dijo “porque tiene aceite de palma en él”.

Visto en: NYTimes

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