No es exactamente volver al tiempo de los veleros, pero este nuevo diseño con energía eólica para buques de carga y cruceros, podría significar una gran reducción en la contaminación de carbono. Más del 90% de todos los productos comercializados se mueven a través de los océanos, y los buques que transportan la carga dejan un desastre ambiental cada vez que salen.
Los fletes cargueros representan el 3% de los gases de efecto invernadero producidos por el hombre –o mejor dicho mil millones de toneladas al año–. Eso es más que la mayoría de los países individuales. Estas cifras, junto con el mandato de la Organización Marítima Internacional hecho el 2011, en donde requiere que todos los buques nuevos mejoren notablemente su eficiencia, inspiraron al diseñador noruego llamado Terje Lade, a tomar las riendas sobre el asunto.
El resultado de eso es el “Vinskip”, un diseño de embarcación tan radical que se remonta a una de las primeras formas de propulsión de la industria marítima: el viento. Con su casco aerodinámico, la alta y esbelta nave imita la forma de una vela y utiliza el viento generado desde el barco en movimiento, para empujar la nave a lo largo de su curso. Lade dice que, “En los ángulos cerca del viento en contra, el viento genera una fuerza en la dirección del barco y el barco es empujado hacia delante”. “Dado que el casco tiene la forma de un perfil simétrico, el viento en el lado opuesto –sotavento– tiene que viajar una distancia más larga. Esto provoca un vacío que empuja el barco hacia adelante”.
Lade estima que, junto con los motores de gas natural líquido, el sistema híbrido podría reducir las emisiones de carbono en un 80% y el consumo de combustible en un 60% en comparación con un barco de tamaño similar. Además espera que el buque sea capaz de llevar 7000 autos –la capacidad promedio de los buques en la actualidad–. Debido a que el buque consume combustible mientras aprovecha la energía eólica, debe ser capaz de viajar hasta 70 días. “Para los dueños de buques, los gastos de bunkers [combustible] se reducirán drásticamente, y puede satisfacer todos los requisitos actuales y futuros”, dijo Lade en un correo electrónico.
En este momento el barco es sólo un concepto, pero Lade espera tener la primera nave emprendiendo viaje para el 2019. Se estima que su costo es de alrededor de $50 millones de dólares y dice que puede funcionar tanto como un buque de carga o un barco de crucero. Para que la nave se construya, Lade necesita una empresa que construya barcos como socio estratégico. Ahora trabaja con Wilhelmsen ASA, con sede en Noruega, cuyos 146 barcos representan un cuarto de la capacidad de carga global del mundo. “Se unieron al proyecto en una base técnica, como un compañero de ‘sparring’ y un usuario potencial del concepto”, dijo Lade .
Visto en: Take Part