Por Catalina Vásquez
17 junio, 2015

Un pelea de gigantes en Namibia… definitivamente no me la puedo perder. 

Que una madre está dispuesta a todo por sus hijos, es un dicho que he escuchado cientos de veces, pero verlo, es otra cosa muy distinta. La historia a continuación ocurrió en la Reserva de Caza Privada Erindi, en Windhoek, Namibia y los involucrados son una madre hipopótamo, su cría y un elefante macho adulto y muy enojado.

Lo que pasó fue descrito, y lo más importante, capturado en unas impactantes imágenes por el fotógrafo de vida salvaje Rian Van Schalkwyk, quien aprovechó un fin de semana largo para ir a la reserva con su familia. “He estado en el monte mucho tiempo, pero esta fue la escena más espectacular de la que he sido testigo, yo no lo podía creer “, dijo el sudafricano. Así, tras un almuerzo de domingo en el que su señora Bonnie y los otros invitados decidieron ir a dormir siesta, Van Schalkwyk, como movido por una fuerza superior, prefirió quedarse para apreciar desde una terraza con excelente vista, a los hipopótamos en el agua.

“Yo estaba tomando fotografías de estos tiernos gigantes cuando llegó el personal a dejarles hierba”, explicó Van Schalkwyk a los medios que cubrieron el evento. Y entonces todo ocurrió. En tan sólo segundos, una veintena de hipopótamos estaba fuera del agua pastoreando. Pero como podrán imaginar en un lugar abierto y en tiempos de sequía, no fueron los únicos interesados en ese fresco y oloroso montículo color verde que se convierte en un preciado tesoro en medio de la nada. También llegó un elefante. Uno macho, adulto y en actitud desafiante a quedarse con toda la comida. Y bueno, los acontecimientos desde ahí fueron bastante impactantes…

article-2500717-1957F2E800000578-341_634x530

Rian Van Schalkwyk

El elefante se comenzó a enojar cuando los hipopótamos se acercaron demasiado a su zona de comida, agitó sus orejas, y por sorpresa, una madre hipopótamo, temiendo por la seguridad de su pequeño, decidió enfrentársele. El elefante, furioso, la embistió con su trompa y patas delanteras, provocando que esta hembra, que pesa aproximadamente 1 tonelada, diera un giro de 360º, en parte volando por el aire, en parte rodando por la áspera tierra. Todo esto, dio tiempo al pequeño de escapar a un lugar seguro con el resto de la manada.

article-2500717-1957F60800000578-554_634x393

Rian Van Schalkwyk

article-2500717-1957F3CD00000578-579_634x469

Rian Van Schalkwyk

article-2500717-1957F6BA00000578-7_634x442

Rian Van Schalkwyk

article-2500717-1957F4A000000578-341_634x378

Rian Van Schalkwyk

Tras esta escena, la hipopótamo se retiró al agua con el ego herido, pero por lo menos, tranquila por su pequeño. “Me sentí muy mal por la madre tratando de proteger a sus crías. Fue muy emotivo ver cómo se mantuvo firme en contra de un animal mucho más grande”, agregó Rian. Finalmente, la madre y el pequeño se reunieron tras unos 5 minutos y quedaron al margen del resto de la manada, como excluidos por sus pares. Y el elefante, que no mejoró su humor, se metió al pozo de agua y ahuyentó a los cocodrilos que intentaban tomar sol.