No sé si me atrevería a estar tan cerca de ese enorme animal.
En el antiguo puerto de Vueltas, en las Islas Canarias, España, aún se acostumbra que los barcos a vela sean los que salgan a navegar para volver cargados de peces, crustáceos y moluscos que deleitan los paladares de todo el Valle Gran Rey. Este tipo de embarcación que se remonta al menos 5.000 años atrás cuando los egipcios se movilizaban por el Nilo, al parecer tiene sus ventajas en este puerto en particular. De partida, se trata de una foto imperdible del mar a los pies de los acantilados escarpados, sin dejar de mencionar las antiguas callejuelas y escaleras distribuidas de manera caótica, los cientos de bares rústicos, restoranes con sabor mediterráneo y música tropical para bailar toda la noche.
Un lugar hecho para el turismo, pero que sin quererlo, encontró una nueva atracción y el responsable es nada más y nada menos que un niño local llamado Joel. Este pequeño simplemente se acerca a las escaleras de aterrizaje donde los pescadores llegan con la carga y espera a unos seres acuáticos muy particulares. ¿Y de qué estamos hablando? De rayas águila y rayas mariposa, negras, enormes y a mi parecer, bastante aterradoras, a las cuales alimenta.
Ve el video a continuación y descubre qué tan grandes son las rayas con las que juega Joel y sus amigos (insisto… a mi parecer demasiado terroríficas):