Por Romina Bevilacqua
28 noviembre, 2014

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El deseo final de esta mujer para muchos podría parecer simple, pero todo lo que ella quería era la oportunidad de ver por última vez a su querido amigo: su caballo. Sheila Marsh, una mujer de 77 años proveniente de Wigan, Inglaterra, fue una amante de los caballos toda su vida. Llevaba un tiempo luchando contra el cáncer hasta que fue hospitalizada. No le quedaba mucho tiempo de vida. Y ahí, recostada en el hospital pidió su último deseo antes de morir: ver a su amado caballo Brownen, una última vez.

Llevaron a Brownen al estacionamiento de la Enfermería Real de Wigan y a Marsh la llevaron en su cama al mismo lugar, para que los dos tuvieran un último momento juntos. Marsh falleció a las pocas horas del emotivo adiós. “Tenía una relación muy especial con Brownen”, dijo la hija de Marsh, Tina. “La había tenido durante unos 18 o 19 años, desde que Brownen tenía 7. Fue muy conmovedor para todos nosotros, significó mucho para todos”.

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A pesar de que se encontraba débil, Marsh reunió fuerzas para hablarle a su amado animal. “Le costó mucho a mamá hablar en su último día, pero logró decir claramente el nombre de Brownen y le pidió un beso”, dijo Tina. El caballo también reconoció a su dueña y ambos compartieron una emotiva despedida. “El caballo se acercó tiernamente y le dio un beso en la mejilla, al momento de despedirse”, dijo la enfermera Gail Taylor.

La señora de 77 años, que era dueña de varias mascotas, había pedido su deseo al personal del hospital luego de que estuvo con sus perros por última vez el fin de semana anterior. El personal organizó la reunión con la ayuda del hospital y organizaciones de la zona. Luego de ver la profunda conexión que tenía Marsh con su caballo, el personal del hospital dijo que fue un honor organizar algo así. “Me siento muy satisfecha por haber podido facilitar la visita del caballo de la señora Marsh”, dijo la directora de la Enfermería, Pauline Law. “Obviamente fue muy importante para ella y para su familia y nos sentimos privilegiados de haber podido proveer este servicio en esta etapa crucial de su cuidado”.

Pese a que fue un momento maravilloso para Marsh y para los que estaban con ella, su hija dice que esta amante de los animales no fue la única que se sintió reconfortada por ver sus animales por última vez. “Su perro y su caballo estaban entristecidos por no estar con ella, por lo que todo esto también fue un cierre para ellos. Cuando volvieron con nosotros a casa estaban un poco más alegres”, dijo Tina.

Visto en: Huffington Post

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