Por Romina Bevilacqua
11 febrero, 2015

Este aumento de calor equivale a hacer explotar la bomba de Hiroshima en el océano a cada segundo por treinta años.

En la últimas semanas e incluso meses han llegado más indicios de que el calentamiento global no sólo sigue avanzando sino que, en algunos aspectos, se está acelerando. Ya se confirmó que 2014 fue el año más caluroso del que se tiene registro desde al menos 1880 y antes y la única masa grande de tierra que presentó temperaturas relativamente bajas durante el año, pero que aun así tenía temperaturas arriba del promedio, fueron algunas partes de Estados Unidos y Canadá.

También se habló de que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera se ha elevado a más de 400 millones de partículas por millón, un hito simbólico alcanzado por un periodo extenso de tiempo el 2013. Este es el nivel más elevado de contaminación de calentamiento global de toda la historia humana. Y por si fuera poco, también descubrimos que las temperaturas de los océanos alcanzaron niveles récord el 2014, incluyendo partes de cada una de las cuencas oceánicas más importantes del mundo las que alcanzaron nuevas alturas. Pero hay más datos relacionados con la medición de las temperaturas de los océanos que las que se muestran, dado que tendemos a enfocarnos más en las temperaturas de la superficie.

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Resulta que en los últimos años, se ha bombeado una gran cantidad de calor hacia las partes profundas de los océanos, según se evidencia en las gráficas que muestran contenido de calor presente en gran parte entre los 0 y 2000 metros de profundidad o incluso más profundo.

De hecho, según John Abraham, profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de St. Thomas en Minnesota y escritor para el diario The Guardian, el año 2014 presentó una gran absorción de calor oceánico. El calor adicional fue tan significativo que el cuadro que los científicos utilizan para monitorear dichos cambios no sirvió para este caso, según señaló Abraham.

Esta es la gráfica que incluye el consumo de calor durante el año 2014, según mediciones realizadas con boyas, información entregada por barcos, satélites y otras plataformas informativas que muestra un crecimiento sostenido en las temperaturas. Además tiene el rango de tiempo hasta el año 2020 para poder así permitir mostrar el crecimiento futuro de los números de calor de los océanos:

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Ahora podemos decir que la Tierra del 2014 tenía más calor (energía térmica) que en cualquier otro año del que se tuviera registro de parte de los seres humanos”, escribió Abraham, refiriéndose tanto al calor en forma de calor atmosférico y la absorción de calor de parte de los océanos.

Lo que ocurre en los océanos ¿Se queda en los océanos?

Aun cuando los océanos absorben la mayor parte del calor del calentamiento global producido principalmente por los gases invernaderos (a lo menos según lo indicado por el 90% de los valores estimados), dichos gases son eventualmente lanzados a la atmósfera, lo que implica que el aumento más rápido y más significante del calor oceánico ofrece una garantía de tener más calentamiento global en el futuro. El aumento de las temperaturas del océano también contribuye al aumento de los niveles del mar, dado que el agua de mar se expande a medida que la temperatura aumenta.

A continuación te mostramos la descripción que hizo Stefan Rahmstorf, profesor del Instituto Potsdam de Investigación de Impacto Climático de Alemania, del aumento del contenido de calor oceánico en un posteo publicado en su blog del 2013: “El aumento de la cantidad de calor equivale a 17×1022 joules durante los últimos 30 años. Esta cantidad de energía es tanta que equivale a hacer explotar la bomba de Hiroshima en el océano a cada segundo por treinta años“. La recalibración del cuadro representativo de contenido de calor oceánico se asemeja a lo que los meteorólogos australianos tuvieron que realizar el 2013, cuando una ola de calor los forzó a crear un nuevo color para los mapas climáticos que les permitiera denotar temperaturas nunca antes vistas de 54ºCelsius.

Visto en: Masheable