Mientras visitaba una playa en Tailandia durante sus vacaciones, Meagan vio a un pequeño cachorro arrastrándose por la arena.
Había perdido el uso de sus dos piernas traseras luego de un accidente con una motocicleta, pero sus dueños actuales no hicieron nada para ayudarlo a mejorar su condición. El arrastrar sus piernas le causó heridas múltiples en su cuerpo por la fricción. Además, estaba evidentemente malnutrido y cubierto en parásitos.
Pero al mirar una vez a su dulce rostro, Meagan supo que debía actuar.
Se puso en contacto con varios lugares de rescate del área pero ninguno podía recibirlo debido a que ya estaban superados en número.
Así que decidió llevar al cachorro con ella de vuelta a Canadá.
Pero primero, necesitaba juntar fondos. Transportar al cachorro, ahora de nombre Leo, no sería barato.
Mientras Meagan volvía a Canadá a preparar todo para la llegada de su nuevo amigo, él se quedo bajo el cuidado de un veterinario y llegó a un nivel de salud suficientemente bueno para poder viajar.
Entretanto, Meagan organizó una recaudación de fondos para costear estos gastos.
Dos meses después, ¡él estaba listo para viajar a Canadá! Se ve emocionado porque verá a su amiga de nuevo muy pronto.
Finalmente, reunido con Meagan luego de una larga jornada.
Un mes después de su llegada ha comenzado a ajustarse a su nuevo ambiente.
Ahora, viviendo en un hogar feliz y lleno de amor, Leo recibe el cuidado que tan desesperadamente necesita y merece.
Pero sus necesidades son particularmente especiales, requiriendo muchos más fondos que los que Meagan pensó en un principio. Ella depende de las contribuciones de aquellas personas que han sido tocadas por su historia para poder pagar los muchos problemas de salud de Leo. Aún menor de un año, el cachorro sufre de problemas con su vejiga que pueden durar toda su vida y puede que necesite someterse a una cirugía además de continuar con sus medicamentos y dieta especial.
Por suerte, este pequeño ha recibido una increíble red de apoyo.
Aún así, su cuidado a largo plazo significa una gran deuda, por lo que se agradecen mucho las donaciones.
El dinero también ha ayudado a que este pequeño camine nuevamente. Gracias a K9 Carts, Leo nunca más tendrá que arrastrarse.
El pobre tiene muchas razones para no estar bien, pero tanto él como Meagan pelean para asegurarse de que tenga la mejor vida posible.
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