Por Romina Bevilacqua
19 febrero, 2015

Se ha probado que la tecnología funciona y que es muy eficiente. Pero son otros los obstáculos que impiden que se desarrolle.

Piensa en una fuerza constante de la naturaleza (la gravedad no cuenta) ¿Se te vino a la cabeza el océano? El mar incesante, con su reflujo y corrientes, sigue siendo una de las fuentes más grandes de energía renovable pero aún no ha sido explorada en profundidad. El Instituto de Investigación y Energía estima que el potencial de la energía producida por las olas en la costa de Estados Unidos es de 1,179 teravatios/hora por año. Suena como mucho, y lo es. Al menos es suficiente para proveer la necesitad de la demanda energética de Estados Unidos.

Un nuevo estudio ha confirmado lo que algunos científicos ya sospechaban. La producción de energía mareomotriz, una vez que la infraestructura ha sido implementada, sería una fuente de energía eléctrica estable, segura, y confiable e incluso más barata que la energía eólica, según explica Ted Brekken, un experto en energías renovables de la Universidad de Oregon y coautor del estudio.

¿Las olas son más económicas que el viento? Considerando que tanto el costo de la energía eólica como la solar han bajado rápidamente y se han posicionado como energías más económicas que la producida por el carbón y el gas natural en varias regiones, esto es una gran noticia.

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La razón de esto se debe a que las ondulaciones de las olas son una fuerza más consistente que la del viento durante el día. Cuando el viento se detiene o el sol deja de brillar, los campos eólicos y las estaciones solares dejan de generar energía, forzando el uso de carbón y gas natural para mantener las luces prendidas. Las olas, sin embargo, siguen moviéndose 24/7 los 365 días al año.

Analizando los costos de integrar la energía producida por las olas en la zona del Pacífico Norte a la red eléctrica actual, el estudio ha descubierto que la energía ola motriz costaría $1.09 dólares por kilowatt para ser integrada, la cual es inferior a la energía eólica, la cual cuesta alrededor de $1.20 dólares por kW. “Poner sistemas de energía mareomotriz en diferentes locaciones y posiblemente con variados tipos de tecnología podría significar fuentes de energía con menor variabilidad que la eólica y es una que debería integrarse fácilmente”, explicó Brekken.

¿Si es tan poderosa, barata, y limpia, por qué no usamos las olas?

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Parte de la razón es la fuente de energía misma. El poderoso océano fuerza a generar energía eléctrica de manera tan constante que esta también dañaría y corroería los dispositivos utilizados para generarla y que funcionan sin parar. Desarrollar un generador que pueda soportar el incesante golpeteo del mar sin dañarlo ha sido un gran desafío.

Pelamis, la compañía de energía Escocesa es una de las pocas en el mundo que ha puesto dispositivos para generar energía mareomotriz en el agua. Sus generadores rojos, que parecían serpientes, aparecieron en los titulares hechos añicos, con algunas de sus partes flotando hacia la costa de Portugal y algunas cerca de las islas Orcadas de Escocia.

El diseño implicaba conectar cinco largos tubos flotantes en la superficie del océano que se movían de arriba abajo y de atrás para adelante. Ese movimiento se utilizaba para alimentar los generadores localizados en cada tubo. Cables que iban por el subsuelo marino llevaban la energía a la costa. Cada unidad era capaz de producir una fuente de energía capaz de proveer electricidad a 500 casas, dijo Brekken.

Pelamis estuvo convirtiendo olas marinas en energía eléctrica por más de una década cuando la compañía anunció el pasado noviembre sus planes de cerrar, sosteniendo que no podían seguir financiado la operación. ¿La razón? Tanto los sectores públicos como privados están reticentes a invertir en la energía mareomotriz, de acuerdo a un informe de noviembre del 2014 de la Catapulta de Energía Renovable Costera (CERO) localizada en el Reino Unido. “Hay una falta de disposición por parte de potenciales inversores en la energía mareomotriz por el momento”, señaló el documento.

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CERO estima que tomaría $300 millones de dólares sólo para llevar a la energía producida por las olas en Escocia a un nivel comerciable —y eso sin pensar en el resto de Europa y EE.UU–. “Desde la crisis económica global, todas las compañías de energía mareomotriz que aparecieron a principios del 2000 dieron un paso atrás y están viendo cómo recuperarse del golpe”, explicó Brekken.

En el Pacífico Norte de Estado Unidos, ha sido un fracaso tras otro. En marzo del 2014, un plan de Tecnologías de Energía Oceánica para hacer flotar unas 100 boyas productoras de energía en la costa se hundió debido a los altos costos de producción. El colapso de Pelamis fue un duro golpe para la frágil industria Europea. El Partido Verde Escocés culpó al gobierno Escocés por rendirse con la energía ola motriz y no poner suficiente financiamiento en el desarrollo del programa.

“Pelamis probó que la energía producida por las olas funciona, por lo que esto ha sido un gran contratiempo”, deñaló Neil Kermode, director ejecutivo del Centro Europeo de Energía Maritimo. “Pero el precio del 15% de la energía eléctrica del Reino Unido sigue ahí. Lo desafiante viene ahora: asegurar que esta sea la primera generación que saque lo más posible de las olas que siguen golpeteando las costas del país”.

Para Brekken, el estudio no asegura energía mareomotriz barata por el momento, pero una vez que la infraestructura sea construida, podría ser así. “Simplemente es una barrera inicial demandante y bastante grande el convencer a las compañías para que sienten las bases de algo innovador”, dijo Brekken. “La tecnología está ahí; se ha probado. No hay nada exótico sobre la conversión de la energía ola del océano o la tecnología requerida. Sólo que es costoso hacer cosas en el océano”.

Visto en: Take Part