Si no tienes planes para ir a la playa durante las vacaciones, el libro del biólogo marino Wallace J. Nichols, te hará reconsiderar seriamente tus opciones. Se trata de Blue Mind: The Surprising Science That Shows How Being Near, In , On, Or Under Water Can Make You Happier, Healthier, More Connected, And Better At What You Do (En español: Mente azul: la sorprendente ciencia que muestra como estar cerca, en o bajo el agua puede hacerte sentir más feliz, conectado y mejor respecto a ti mismo). Sí, ese es el título completo. El libro es el resultado de 10 años de investigación que demuestran cómo el estar cerca del agua o en el agua logra que nuestro cerebro libere químicos que inducen un estado de felicidad, tales como la dopamina, serotonina y oxitocina.
A continuación, te presentamos 5 teorías del libro de Nichols que te sorprenderán:
1. El agua nos conecta a nuestro estado natural
Estamos conectados al agua desde el inicio de nuestras vidas. El cuerpo de los bebés es un 75% de agua. A medida que vamos creciendo, ese porcentaje disminuye llegando a un 60%, pero nuestro cerebro todavía está compuesto por tres cuartas partes de agua, e incluso el 31% de nuestros huesos es a base de agua.
Nuestro cerebro, que se encuentra en una especie de fluido dentro de nuestra cabeza, reacciona muy bien ante la presencia del agua, ya que de acuerdo a Nichols “nuestros ancestros provienen del agua y la evolución los llevó de nadar, a gatear y luego a caminar. Los fetos humanos todavía tienen estructuras parecidas a las branquias en sus primeras etapas de desarrollo (y el agua en nuestras células) es similar a la encontrada en el mar”.
Asimismo, Nichols dijo al noticiario de la CBS que la conexión biológica con el agua desencadena una respuesta inmediata en nuestro cerebro. Cuando ves o escuchas el océano, sabes que estás “en el lugar indicado”.
2. Las costas nos ayudan a estar más relajados
Mira esta imagen. Linda ¿cierto? El simple hecho de mirarla, nos calma de manera subconsciente. En su libro, Nichols cita un estudio que muestra cómo las áreas de nuestro cerebro asociadas con menores niveles de estrés y más niveles de empatía, se activan cuando vemos imágenes de la naturaleza. En él, los participantes que vieron fotos de paisajes naturales mostraron altos niveles de actividad en las zonas asociadas a “estabilidad emocional, visiones positivas, y recolección de recuerdos felices”. Por otra parte, las fotografías de zonas urbanas producen todo lo contrario: activan las partes de nuestro cerebro asociadas al estrés.
Pero hay un paisaje natural que gana el premio por ofrecer mayores beneficios: la costa. Otro estudio demuestra que las imágenes de la costa son más efectivas que otro tipo de imágenes de la naturaleza al momento de activar los sistemas de auto recompensa.
3. Ver imágenes sirve, pero estar cerca del agua es mucho mejor
Si bien mirar fotos es una opción, resulta que la verdadera naturaleza también supera a los paisajes urbanos. Nichols se refiere a un estudio del año 2011 en el que una aplicación de Smartphone llamada “Mappiness” llevaba un registro de los niveles de bienestar de sus usuarios. Los participantes recibieron distintas instrucciones para reportar qué tan felices se sentían en cada momento. De acuerdo a las más de 1.1 millones de respuestas, las personas no sólo eran más felices cuando estaban al aire libre, sino que eran 5,2% más felices cuando se encontraban cerca de lugares con grandes masas de agua.
4. El agua rejuvenece a las mentes cansadas
En una sección llamada “Water, Nature and the Optimum Brain” (Agua, naturaleza y el cerebro óptimo), Nichols postula que hoy en día tenemos cada vez más pantallas que tocar, redes sociales que actualizar y sitios web que revisar, por lo que nuestros fatigados cerebros necesitan recargarse. De acuerdo al autor, el agua ayuda en dicho proceso.
Se refiere a un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology en 1995, titulado “Views to Nature: Effects on Attention” (Vistas de la Naturaleza: efectos en la atención). Los investigadores querían determinar el efecto que tenía en estudiantes universitarios el estar en habitaciones con vistas hacia la naturaleza o hacia zonas más urbanas. Para esto, los sometieron a distintas pruebas congnitivas y de atención.
“Los dormitorios fueron agrupados por las vistas desde sus ventanas: árboles y lago, jardines y edificios y paredes de ladrillo y tejados”, escribe Nichols. “Los estudiantes con habitaciones que daban hacia los árboles y el lago no sólo tuvieron un mejor desempeño en las pruebas cognitivas, sino que también su ‘funcionamiento atencional’ fue calificado como más eficaz que la de todos los otros grupos combinados.” El estudio demuestra que la naturaleza no sólo rejuvenece a una mente cansada, sino que “una experiencia de restauración de la atención puede lograrse mediante un ejercicio tan simple como mirar a la naturaleza.”
5. El azul relaja
Resulta que el azul es el color favorito alrededor del mundo. Nichols cita a una investigación de 2003 en el que se encuestó a 232 personas de todo el mundo acerca de sus asociaciones con diversos colores. 42% de los hombres dijo que el azul era su color favorito, mientras que el 35% de las mujeres encuestadas dijo lo mismo (en ambos grupos fueron la mayoría).
Para Nichols esto no es sorprendente. Nosotros “evolucionamos en un planeta que tiene principalmente azules en el agua y el cielo”, señala y por lo mismo tiene sentido que el azul estimule una respuesta emocional positiva. Asimismo cita al neurocirujano Amir Vokshoor, quien explica que “el mecanismo de activación estimulada por las longitudes de onda del azul se correlaciona con la liberación de neurotransmisores que se cree están asociados con sentimientos de euforia, alegría, recompensa y el bienestar en relación con los efectos de la dopamina”.
El autor del libro también cita a un estudio en la revista Perceptual and Motor Skills, titulado ” Effect Of Partition Board Color On Mood And Autonomic Nervous Function ” (Efecto de la placa de colores en el estado ánimo y funciones nerviosas automáticas), que estipula que nos sentimos menos fatigados y claustrofóbicos cuando estamos rodeados de tonos azules.
¿Necesita más pruebas? Solo queda que empaques tus cosas y organices un viaje a la playa o a un lindo lugar rodeado de naturaleza y agua.