Los humanos “se están comiendo sus propios sistemas de apoyo de vida” a un ritmo nunca antes visto en los últimos 10.000 años al degradar los sistemas terrestres y de agua potable, emitiendo gases propios del efecto invernadero y liberando una cantidad gigante de químicos agrícolas hacia el medioambiente. Así lo declararon dos recientes estudios publicados en Science y Anthropocene Review.
Ambas investigaciones fueron desarrolladas por un equipo de expertos internacionales que han encontrado los factores claves que aseguran que un planeta sea apto para que los humanos vivan, arrojando resultados preocupantes. De nueve procesos a nivel mundial que consideran la vida en la Tierra, cuatro han excedido los niveles de “seguros”: los cambios climáticos causados por los seres humanos; la pérdida de la integridad de la biodiversidad; el cambio en los sistemas terrestres, y los altos niveles de fósforo y nitrógeno que fluyen hacia los océanos debido al uso de fertilizantes.
Los investigadores han pasado cinco años identificando los componentes imprescindibles para que un planeta sea apto para la vida de los seres humanos, utilizando el estado promedio a largo plazo de cada medida para proveer un punto de referencia para el análisis. Y descubrieron que los cambios en los últimos 60 años no tienen precedentes en comparación a los últimos 10.000 años, un periodo en que el mundo ha tenido un clima relativamente estable y en que la civilización humana ha avanzado significativamente.
Los niveles de dióxido de carbono, a 395,5 partes por millón, están en niveles históricos, mientras que la pérdida de la integridad de la biosfera está resultando en la extinción de especies a un ritmo 100 veces más rápido que en la última norma.
Desde 1950 las poblaciones mundiales han aumentado siete veces su ritmo, el uso de energía primaria ha aumentado en cinco, mientras que la cantidad de fertilizante es ocho veces más alta. La cantidad de nitrógeno que entra al océano se ha cuadriplicado. Todos estos cambios han llevado a la Tierra hacia un “nuevo estado”, haciéndose menos apto para la vida humana, aseveraron los científicos.
“Estos indicadores se han disparado desde 1959 y no hay signos de que se desaceleren”, comentó el profesor Will Steffen de la Universidad Nacional de Australia y el Centro de Adaptación de Stockholm. Steffen es el autor principal en ambos de los estudios. “Cuando los sistemas económicas apretaron quinta, hubo un aumento masivo en el uso de fuentes y la contaminación. Antes se limitaba a áreas regionales y locales pero ahora vemos que ocurre a una escala global. Estos cambios se deben a la actividad humana, no la variabilidad natural”, agregó.
Steffen también explicó que fue la influencia humana directa sobre la Tierra que contribuyó a la pérdida de polinización y una alteración en la provisión de nutrientes y agua fresca. “Estamos arrasando con la Tierra, degradando el suelo, introdujimos los animales domésticos y eliminamos a los depredadores, cambiamos los ecosistemas marinos debido a la sobrepesca; cambiamos una muerte por cientos de cortes”, aseguró. “El impacto directo en la Tierra es el factor más importante ahora, aun más que el cambio climático”.
Existen muchas variaciones en las condiciones alrededor del mundo, de acuerdo a la investigación. Por ejemplo, el despeje de tierras se ha concentrado ahora en el área tropical, como en Indonesia y el Amazonas, con la práctica siendo detenida en Europa. Pero el escenario general es uno de deterioro a un ritmo acelerado. “Es seguro decir que no hemos visto condiciones en el pasado similares a las presentes hoy y que hay una evidencia fuerte de que [existen] puntos límites que no queremos cruzar”, comentó Steffen. “Si la tierra se dirige hacia un estado más caliente, 5º a 6º grados más caliente, sin capas de hielo, eso no será bueno para mamíferos como nosotros. La gente dice que el mundo es fuerte y es verdad, habrá vida en la Tierra, pero la Tierra no podrá ser fuerte por nosotros, los seres humanos”.
“Algunos dicen que nos podemos adaptar gracias a la tecnología, pero eso es lo que se espera, no está comprobado. No hay evidencia convincente que un mamífero más grande, con una temperatura corporal de 37º será capaz de desarrollarse fácilmente. Los insectos pueden, pero los humanos no y eso será un problema”, continúa Steffen.
Asimismo Steffen explicó que la investigación muestra que el sistema económico tiene “fallas fundamentales” y que ignora de manera crítica los sistemas de apoyo de vida y explicó que el sistema económico nos está llevando hacia un futuro no sustentable y “las personas de la generación de mi hija se les hará cada vez más difícil sobrevivir”. También señaló que en el pasado las civilizaciones que han clapsado se debe a que no cambian sus valores básicos y ese es el punto en el que nos encontramos hoy.
Los dos estudios publicados en Science y Anthropocene Review, mostraron los estudios de los científicos en países como Estados Unidos, Suiza, Alemania e India. Los resultados fueron presentados en siete seminarios en el Foro Económico Mundial en Davos, que se llevó a cabo entre el 21 y 25 de enero.
Visto en: The Guardian