Por Catalina Vásquez
24 marzo, 2015

A medida que el hielo marino se derrite, se vuelve más fácil cazar a estos mamíferos, por lo que debemos exigir su protección ahora.

¿Es el momento de hacer un alboroto por los unicornios marinos? La respuesta simple es sí, según un nuevo informe del Fondo Mundial para la Naturaleza de Canadá y TRAFFIC, la red de monitoreo del comercio de la vida silvestre. En el informe, las organizaciones conservacionistas advierten que el cambio climático y la caza pronto podrían representar una amenaza de doble filo para las legendarias ballenas de un cuerno del Ártico.

A pesar de que por el momento, el hombre no ha representado una real amenaza para los narvales, ya que menos del 1% de su población es cazada cada año. Esta realidad podría cambiar en un plazo menor de lo que nos gustaría, debido a las temperaturas mundiales en aumento. Ya que, en resumen, menos hielo significa más oportunidades para sus cazadores.

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Los narvales utilizan el hielo marino para protegerse contra los depredadores como las orcas. Con menos hielo en el océano, es más probable que esta especie termine acercándose a la costa, lo que podría resultar en más oportunidades para los cazadores humanos.

Así, sólo dos grupos de personas están legalmente autorizadas a cazar narvales: las comunidades indígenas de Canadá y Groenlandia. Ambas lo han hecho durante siglos, y la ley permite que esta tradición continúe, al igual que a otras comunidades nativas se les ha permitido continuar con la caza de ballenas, a pesar de la prohibición internacional. “Para muchas comunidades árticas, estas actividades satisfacen necesidades culturales y nutricionales, contribuyen con la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de los hogares”, dijo Rachel Kramer, oficial de TRAFFIC en Washington, DC.

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Aunque la carne y el cuero de narval son mucho menos importantes de lo que solían ser, los cuernos, cráneos y dientes de estas ballenas proporcionan a muchos hogares de una fuente fundamental de ingresos. Un colmillo, mejor conocido como cuerno, puede costar entre $2,765 y $12.500 dólares. Eso puede elevarse hasta un máximo de $ 25,000 si es que se trata de un cráneo completo de un narval de doble cuerno (Sí, existen). No sólo eso, los cuernos tallados, al igual que el marfil, pueden proporcionar aún más dinero.

La mayor parte de este comercio es legal, sin embargo, productos ilegales han comenzado a aparecer en los últimos años. El 2011, una investigación internacional llamada “Operación Diente Largo” destapó una red de contrabando que importó ilegalmente 250 cuernos de narval a los EE.UU. durante un período de varios años. Los autores del informe descubrieron que los códigos de importación-exportación y las descripciones de los productos de narval variaban de país a país, y algunos los llamaban “colmillos”, mientras que otros los llamaban “tallados” o “pedazos”. Estas variaciones en la terminología se deben en parte a un propósito nefasto. “En algunos de nuestros trabajos de seguimiento del mercado, hemos descubierto que el etiquetado incorrecto y el uso de terminología engañosa es intencional para facilitar así la venta de ciertos productos ilegales de la vida silvestre”, dijo Kramer. “Tal etiquetado incorrecto puede hacer que sea difícil cuantificar la magnitud del comercio de determinados productos ilegales”.

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No obstante, en lugar de esperar a que los narvales estén en grave peligro, los esfuerzos de conservación deben comenzar ahora, mientras todavía existe hielo marino. Los autores piden mejores métodos para rastrear productos provenientes del narval y registros más completos de cuantos narvales se cazaría cada año y dónde. Lograr esto ayudaría a los gobiernos a identificar y bloquear el comercio ilegal cuando los productos estén disponibles en el mercado.

Sin embargo, eso no eliminaría por completo la amenaza. Aunque aún no se conoce el efecto completo del cambio climático en las poblaciones de narval, el informe descubrió que este sin duda plantea múltiples desafíos. Él más significativo es el retroceso de las capas de hielo, ya que los narvales tendrán menos lugares para esconderse de las orcas hambrientas, sus únicos depredadores, a parte de los humanos. Por otro lado, el bacalao, el halibut y los calamares podrían moverse a nuevos lugares, si desaparece el hielo del mar, dejando a los narvales sin nada que comer.

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Todo esto ayuda a ilustrar por qué es tan importante aprender más sobre la caza del narval y su comercio lo antes posible. Si esperamos demasiado tiempo, puede que no queden muchos narvales para proteger.

Visto en Take part