Se me llena el corazón de orgullo al saber que esta vez ganó la naturaleza.
Un lindo mamífero acuático en peligro de extinción fue la causa de que se detuviese un millonario proyecto. Todo inició en diciembre, cuando TransCanada anunció una pausa en el desarrollo de una exportadora de petróleo en el río St. Lawrence para hacer una investigación de impacto ambiental, y hoy, ya se descartó por completo en toda la provincia.
El animal tras la movida es la ballena Beluga, un cetáceo sub-Ártico famoso por su piel blanca brillante y su cabeza abultada. En diciembre, el Comité del Estado de la Vida Salvaje Amenazada de Canadá anunció que la población de estos mamíferos en el río St. Lawrence es de apenas 1.000 ejemplares, y recomendó que los animales se pusieran en la lista de especies amenazadas. Aunque alguna vez llegaron a ser 10.000, la población ha sido diezmada históricamente por la caza de ballenas y ahora por la contaminación.
Así, TransCanada anunció el miércoles 01 de abril, que sería un proyecto descartado para un terminal superpetrolero de exportación del combustible en Quebec, como parte de su proyecto de oleoductos Energy East, de US$9,5 mil millones, según informó a La Presse (Via Reuters).
“Es una maravillosa victoria para la preservación y sustentabilidad de las belugas que existen en el río St. Lawrence” dijo Bernard Drainville, político y periodista canadiense, en una conferencia de prensa.
El proyecto de TransCanada, que hubiese transportado por ferry 1.1 millones de barriles por día a través del puerto de Quebec, amenazaba la frágil población de Belugas con los derrames de petróleo, el tráfico portuario, el ruido y la contaminación. Sin olvidar el hecho de que una nueva Ley Canadiense prohíbe a las compañías destruir el hábitat de las especies amenazadas, y puede haber impulsado el retiro de TransCanada.
Pero la batalla no ha terminado para la vida salvaje. El desarrollo del oleoducto de Energy East, una vez descrito por Bloomberg como “Un nuevo Keystone con esteroides”, continua, desplazando animales en su camino. El oleoducto más grande de Norteamérica seguirá enviando esos 1.1 millones de barriles de petróleo, amenazando con fragmentar y derramar petróleo en los hábitats de la vida salvaje cercana.
Visto en The Dodo