Trataron a la basura como evidencia de un crimen y encontraron a los culpables para avergonzarlos frente a todos.
Cuando vives en una ciudad como Hong Kong con 7.188 millones de habitantes que producen alrededor de 16.000 toneladas de basura a diario sabes que tienes que tomar el problema de los desechos en serio. Sobre todo cuando los habitantes ya ni siquiera se preocupan de arrojar la basura en el basurero y esta termina en la calle. Después de que las multas impuestas por el gobierno a aquellos que arrojaran sus desechos en la vía pública no surtieron el efecto que se esperaba, se requirió una medida más extrema: tratar a las personas que contaminan las calles como delincuentes.
Quizás el hecho de que se avergüence públicamente a aquellos que arrojan la basura al suelo al identificarlos en gigantescos carteles como “criminales de la basura” sea justamente lo que necesitaban. Una empresa de tecnología genética fue la encargada de utilizar los rastros de ADN en la basura y la información de los rasgos contenida en él, para identificar a las personas e imprimir una imagen de ellos generada por computador en carteles de “Se Busca” que luego fueron colgados en diversos sitios de la ciudad.