Unas hadas capaces de iluminar los lagos y ríos para el atardecer.
De pequeña, todos los veranos iba al campo. Miles de imágenes se me vienen a la cabeza de esos días explorando en la naturaleza, bajo el sol y comiendo ciruelas de los árboles. Muchas imágenes y sensaciones inolvidables, pero ni una tan mágica como la de ver a las libélulas y caballitos del diablo, volando a tan sólo centímetros de la superficie del agua, en los lagos, ríos y pantanos. Era algo que realmente me hipnotizaba. Una especie de danza, reflejada en ese espejo natural, que me las hacía imaginar como hadas del bosque, gracias a sus alas transparentes y sus cuerpos esbeltos llenos de tonos metálicos.
Algo muy parecido le debe suceder al fotógrafo amateur Remus Tiplea, quién durante años se ha dedicado a fotografiar a los caballitos del diablo que volaban por su jardín. Estos pequeños insectos, conocidos también como zigópteros, se diferencian de otros odonatos, gracias a las pequeñas alas y a que los ojos están netamente separados. Suelen posarse sobre flores de colores vistosos, por lo que un poco de paciencia y un lente macro, son más que suficientes para capturarlos de manera que se parezcan a las hadas de mis recuerdos.
Si quieres saber más sobre los caballitos del diablo y por supuesto, impactarte con su belleza, debes ver las fotos a continuación, que fueron publicadas originalmente por The Huffington Post: