Por Catalina Vásquez
26 marzo, 2015

Se acabaron las alternativas para esta majestuosa raza.

Este artículo fue originalmente escrito por Tisha Wardlow, una colaboradora de The Dodo que lleva años preocupándose por la conservación de los rinocerontes y otras especies en peligro de extinción:

El Plan A era recrear las condiciones lo más perfectamente posible para reproducir al último de los rinocerontes blancos del norte. La organización de conservación animal Ol Pejeta hizo todo lo posible para lograrlo.

El Plan B era cruzar los blancos del norte con los blancos del sur para al menos, poder perpetuar ese valioso patrimonio genético. De alguna manera sobrevivirían, ya que sus genes quedarían en la población de rinocerontes que nacerían a futuro.

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Sin embargo, todo se desmoronó. Los últimos tres rinocerontes blancos del norte están envejeciendo. Najin, una hembra de 25 años, tiene rodillas débiles y no puede soportar los intentos de reproducción. Y debido a un cruel giro del destino, su hija Fatu (14) es infértil y Sudan (38) el único macho que queda de la especie, tiene espermatozoides débiles.

Entonces, ¿qué pasa ahora? No existe un súper héroe, ni un milagro mágico, ni tampoco nos queda alguna opción conocida. Esto es extinción. Obsérvenlos, aprécienlos y admírenlos mientras aún respiren.

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La avaricia y el ego humano han masacrado esta especie hasta el punto de ser una catástrofe irreversible. Estamos siendo testigos de los últimos rinocerontes blancos del norte. Es algo inevitable. Pero la gran pregunta es: ¿aprenderemos de esto? ¿Dejaremos que suceda nuevamente? Los rinocerontes de Sumatra y de Java están peligrosamente cerca de correr el mismo destino. Rinocerontes negros, blancos e indios no están mucho más lejos de ello.

No podemos permitir que los blancos del norte mueran en vano. Es nuestro deber aprender de ellos y prevenir la futura destrucción de esta u otras especies de nuestro planeta. El futuro de los rinocerontes no está condenado, está en el equilibrio, esperándonos a que determinemos el resultado. La vigilancia, el compromiso y la determinación pueden preservar a los rinocerontes, al fin y al cabo, nuestros propios destinos también.

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Tú puedes ser parte de sus últimos días al “adoptar” a los blancos del norte en Ol Pejeta: “Adopté un rinoceronte blanco”. Las ganancias son utilizadas en su cuidado y también en el de otros rinocerontes que se encuentran al interior del santuario.

Visto en The Dodo

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