Por Romina Bevilacqua
10 septiembre, 2014

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Durante la mitad del año, la ciudad de Tragöß en Austria tiene un parque bastante normal. En un valle de los Alpes, este pintoresco parque contiene praderas, árboles, caminos de piedra, banquillos y un puente. Pero cada primavera, se convierte en algo bastante especial. A medida que la nieve y el hielo se derriten, la corriente de los riachuelos que vienen de las montañas inunda el Grüner See (Lago Verde). Aun cuando el lago tiene una profundidad no mayor a uno o dos metros en pleno invierno, entre mayo y finales de julio alcanza una profundidad de once metros que cubre completamente al parque y lo mantiene bajo agua.

Este se ha vuelto uno de los lugares favoritos de los buzos, dado que el banquillo, el puente y los árboles que durante el invierno visitan  los excursionistas, en primavera se encuentran sumergidos en un ambiente acuático surrealista. El agua es clara y otorga una excelente visibilidad, lo que hace de este destino un ambiente ideal para buzos a los que no les importa la temperatura baja del agua que alcanza entre 4 y 8 ºC.

Échale un vistazo a los cambios del paisaje en el transcurso del año y cómo sería el explorar el parque durante el verano:

httpv://vimeo.com/85034604

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