Por Catalina Vásquez
3 julio, 2015

Así como hay personas malas que debiesen estar en la cárcel, hay otras que podrían obtener una condecoración por su bondad.  

En el Santuario de vida salvaje, Taita Hills en Kenia, África, la idea es que los búfalos, elefantes, leopardos, leones, jirafas, cebras, impalas, gacelas, etc, puedan vivir en absoluta paz y tranquilidad. Sin embargo, se trata de una extensión de 110 km2 en donde es realmente difícil vigilar que todo esté en orden, por lo que sigue siendo una realidad, y muy fuerte, el hecho de que los cazadores furtivos terminen con las vidas, de incluso, especies en peligro de extinción.

Y como podrás imaginar, la historia a continuación, que tiene como protagonista un elefante de no más de un año de edad, tiene estas características. El pequeño, mientras caminaba por la sabana, pisó una trampa y el resultado fue terrible, ya que el alambre en el que consistía, le cortó la pata hasta llegar al mismo hueso.  

Una situación que hubiese dejado al pequeño sin poder caminar y por consiguiente, convertido en una presa fácil para otros depredadores, si es que no hubiesen aparecido a tiempo los superhéroes locales: El equipo de David Sheldrick Wildlife Trust, que se dedica rescatar y atender a los animales que caen víctimas de estas trampas mortales.

No te pierdas ni un detalle de este rescate, que tuvo varios altibajos y un viaje de cientos de kilómetros, pero finalmente, una victoria para la naturaleza. Advertencia: Algunas imágenes pueden ser muy gráficas y fuertes.

httpv://youtu.be/lL_ijUlbZo8

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