De las cosas más descabelladas que he visto en el último tiempo. ¿Qué diablos estaba pensando este tipo?
Probablemente coincidirás en que una de las peores cosas de viajar es el tiempo dentro del avión y los aeropuertos. Y es que el pánico a las alturas, los oídos que se tapan con la presión, que te dan ganas de vomitar, te tocan vecinos hediondos o niños llorando, sin olvidar que hay poco espacio, se acalambran las piernas, que duele el cuello, cuesta dormir y bueno… previa y posteriormente, todo el proceso del aeropuerto, donde temes no volver a encontrar tus maletas o que se hayan roto objetos preciados en su interior con el trato brusco que tienen los funcionarios, la maldita aduana donde te revisan hasta por debajo de la lengua y así, podría seguir eternamente.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿Te puedes llegar a imaginar lo terrible que debe ser viajar intentando además hacer un contrabando? Ufff, debe ser un estrés enorme, pensando que todos te miran y deshidratado de tanto transpirar. Pero bueno, supongo que se lo merecen por estar haciendo algo ilegal y sobretodo cuando es un casos como este. Se trata de un holandés, cuya identidad no fue revelada, que quedó en evidencia por su extraño comportamiento físico. Así, cuando se bajó del avión, fue inspeccionado por las autoridades del Aeropuerto de Rochambeau en Cayenne, La Guayana Francesa y lo que encontraron simplemente los dejó a todos anonadados.
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Se trataba de 12 colibríes que intentaba meter al país, dentro de sus pantalones, embalados de manera individual en unos saquitos e inmovilizados con cinta adhesiva. Sí, tal cual lo lees. Las pequeñas aves estaban ordenadas en 3 filas dentro de una especie de calzoncillo que se sujetaba a los pantalones, y lo peor, no habían sido sedadas para pasar por un momento y lugar tan asqueroso.
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Lo importante de esta historia es que la aduana francesa descubrió justo a tiempo la espantosa situación, los requisó para devolverlos a su entorno natural y lo más importante, ayudó en la detención de este tipo, que ya tenía una condena previa por contrabandear colibríes. ¡Insólito!
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