Estaba en los huesos y a días de morir. Por suerte alguien notó su dolor a tiempo

No puedo entender que esta pequeña haya tenido dueños capaces de mantenerla en estas condiciones. 

Mientras sacaba fotos a perros en las calles de Bonfil, México, Tracey Buyce se encontró de frente con una realidad que la desmoronó. Se trataba de una perrita que apenas se sostenía en pie, sólo huesos y piel. La fotógrafa, conmovida con esta pequeña de color vainilla, que en otras circunstancias hubiese sido muy hermosa, decidió seguirla e intentar ayudarla. Y así, recorriendo estas sucias y calurosas calles de la ciudad, descubrió que su historia era aún peor, ya que la perrita tenía nombre, dueños y una casa.

The Dodo

Personas que se habían dado el lujo de llamarla Luna, de apropiársela, pero que no eran capaces de darle lo más importante, un mínimo de amor y comida, para que por lo menos pudiese sobrevivir. Tracey, quien además es miembro de Cats and Dogs International (CANDi), una fundación que se preocupa de los perros en situación de calle en México y el Caribe, no aguantó más de esta burla y le pidió a los dueños que se la entregaran.

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Desde entonces, la vida de Luna cambió. La fundación se preocupó de llevarla al veterinario, donde se enteraron padecía desnutrición, un tumor tratable y lo peor, que estaba al borde de la muerte. Así, la sanaron, alimentaron de manera correcta y a continuación, subieron sus fotos a la página web para buscarle un hogar decente.

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¡Y lo consiguieron! Al poco tiempo una familia de Nueva York se interesó en la pequeña y la fue a buscar al aeropuerto con carteles y corazones. Mamá, papá y dos niños, todos con ganas de entregarle amor, hacerle cariños y cuidarla como se merece. De más está decir que Luna es absolutamente feliz con esta gente y ellos, mucho más con su maravillosa presencia.

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