Por Romina Bevilacqua
23 enero, 2015

Era una noche fría con extremas temperaturas bajo cero en Obninsk, Rusia. Una gata callejera se preparaba para volver a su caja de cartón junto a los basureros en la entrada de un edificio, cuando descubrió algo extraño. Alguien había abandonado a un bebé de 3 meses en su caja. El menor estaba vestido con ropa nueva y le habían dejado una sábana, pero fue el calor de Masha, la gata, lo que salvó al bebé de congelarse y morir.

Fueron los llantos de un bebé y los maullidos del Masha los que alertaron a los residentes de que algo estaba mal. “Masha es muy amistosa y tranquila, así que cuando la escuché maullar pensé que quizás estaba herida”, contó Irina Lavrova, una de las residentes del edificio al central European News. “Normalmente habría venido y me habría saludado. Podrás imaginar mi asombro cuando fui a verla y la encontré en su caja acurrucada con un bebé“, continuó.

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Gracias al calor corporal de Masha, que pasó horas junto al bebé antes de que los encontraran, el niño sobrevivió. Según el canal de televisión ruso Zvezda, el gato no quería abandonar al bebé y trataba de subir a la ambulancia cuando lo subieron. Después se quedó varias horas en el camino, como si estuviera esperando que trajeran al bebé de vuelta.

“Los habitantes del edificio están seguros: si el gato no hubiera cuidado del bebé, no habría sobrevivido”, dijo la periodista en la televisión. Otro residente del edificio contó que el bebé además fue abandonado con una bolsa que contenía alimento para bebés y pañales y que parecía un bebé al que habían cuidado bien hasta que lo dejaron en la caja. De los padres, aún no se sabe nada. Pero según los doctores que lo atendieron, el bebé está perfectamente sano.

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Fuentes: HuffPost, Telegraph, AFP, NYPost