Marty Stevens trabajaba en una clínica veterinaria en la Universidad de Tufts en 1999 cuando una persona llegó con un peculiar animal. Se trataba de un pequeño gatito con una cita para aplicar la eutanasia ese mismo día. ¿La razón? Tenía un desorden congénito: el gato tenía dos caras, tres ojos azules, dos narices y dos bocas, aunque sólo tenía un cerebro. Marty lo llamó Frank y Louie, un nombre para cada cara, y decidió adoptarlo. Desde entonces ha tenido a Fran y Louie y cuenta que Frank es el que se alimenta por los dos, ya que Louie no tiene la parte inferior de su mandíbula, ni esófago. Y aunque el gato tiene una singular apariencia, en realidad se comporta como cualquier otro felino.
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Los gatos con esta condición no suelen vivir por mucho tiempo, pero Frank y Louie es la excepción: en 2011 ganó un lugar en el Récord Guinness por ser el felino que más años ha sobrevivido con ese desorden congénito. Lamentablemente Frank y Louie falleció el pasado 4 de diciembre a sus 15 años de edad, pero sin duda tuvo gran vida gracias a la oportunidad que esta mujer decidió darle.
Visto en: SFG