Por Romina Bevilacqua
15 septiembre, 2014

Otra persona probablemente lo habría dejado morir, pero su dueño pidió que hicieran todo lo posible por salvarlo. 

George, un pez dorado de 10 años de edad, ingresó al pabellón de cirugía del hospital de animales Lort Smith porque tenía un tumor en la cabeza. Su situación era complicada, ya que además de tratarse de un tumor que amenazaba su vida, la condición acuática de este pequeño paciente traía ciertas dificultades a la operación. Pero esto no detuvo a su veterinario…

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Para operar a George, el veterinario Tristan Rich preparó tres cubetas de agua. Una de ellas tenía agua con anestesia, la otra una dosis de anestesia de mantenimiento y la tercera agua limpia y fresca. Lo primero que hizo el veterinario, fue dejar a George en la cubeta con anestesia y después de que se durmió, lo colocó en la camilla e introdujo en su boca un tubo con líquido oxigenado de la cubeta con la antestesia de mantenimiento.

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Después de 45 minutos, cuando la operación había terminado, el Doctor Rich puso a George en la cubeta de agua limpia, le dio analgésicos y  antibióticos y después de unos minutos ya estaba nadando como si nada hubiese ocurrido.

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Los dueños del pequeño pez dorado eran tan cercanos a George que después de descubrir su tumor, optaron por darle una oportunidad a la operación en vez de la eutanasia. Y gracias a eso, George ahora está sano y si se mantiene su buena salud se espera que viva por otros 20 largos años.  

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