Por Romina Bevilacqua
23 noviembre, 2014

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Próximamente, los ciclistas podrán dejar de preocuparse si se les acabará el agua en aquellos viajes largos o días muy calurosos. Un producto creado por Kristof Retezár, estudiante de diseño industrial de la Universidad de Artes Aplicadas en Viena, junta y condensa humedad del aire mientras una bicicleta está en movimiento. Luego llena con agua la botella que está anexada al marco de la bicicleta.

Nombrada en honor al dios romano de los pozos y manantiales, “Fontus” usa el principio de enfriamiento termoeléctrico en el cual una sistema de bombeo de calor que funciona en base a electricidad transfiere el calor de un lado del contenedor al otro. Fontus aún está en su fase de prototipo. Recientemente, el diseñador fue finalista del Premio James Dyson 2014, un concurso internacional de diseño.

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Así que, ¿cómo funciona? De acuerdo a la descripción del producto en el sitio del premio, los paneles solares generan la electricidad que se necesita para enfriar la cámara superior de este aparato, mientras la parte inferior se calienta. Mientras la bicicleta avanza, el aire es succionado y luego se enfría mientras se mueve hacia la cámara superior. La humedad del aire luego se condensa en agua y después gotea en una botella.

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Por supuesto, los ciclistas pueden llevar agua consigo. Pero en una entrevista con The Huffington Post, Retezár dijo que él ve potencial para este aparato para viajes largos e intensos en bicicleta en los cuales el agua se vuelve escasa.

Retezár dice que un clima caluroso y húmedo, en el cual el producto funciona mejor, Fontus puede producir medio litro de agua en una hora. El sistema comienza a trabajar bien, dice, cuando las temperaturas llegan a los 20ºC (cerca de 68 grados Fahrenheit) y cuando la humedad alcanza el 50%. En ese momento, el producto produce una gota de agua por minuto. Necesitarías andar en bicicleta por un buen rato para llenar la botella.

Estas condiciones no se logran con facilidad en Viena. Así que para probar el sistema, Retezár simuló diferentes condiciones atmosféricas en su baño.

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El diseñador usó su baño como laboratorio para simular distintos niveles de humedad.

El aparato aún no tiene un sistema de purificación, así que el diseño actual no funciona bien para comunidades con aire contaminado. Pero Retezár dijo que Fontus tiene filtros que mantienen el polvo lejos del agua. Los elementos básicos del aparato tampoco son demasiado caros, dijo Retezár. Él estimó que hacer el prototipo costaría entre 25 y 40 dólares. Sin embargo, eso puede cambiar dependiendo de los arreglos futuros, mencionó, ya que espera refinar y optimizar más el aparato.

Retezár añadió que él y un compañero están buscando inversionistas y considerando recurrir al crowfunding para recibir ayuda con fondos para perfeccionar su producto y producirlo en masa.

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Retezár ve aplicaciones potenciales para su aparato más allá del mundo del ciclismo. Por ejemplo, un producto como Fontus puede ser usado para generar agua en lugares donde esta es escasa o está contaminada, asumiendo que las condiciones climáticas fueran apropiadas. “Quise darle una solución a muchos problemas, incluyendo la escasez del agua,” dijo Retezár.

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