Un genial cómic te mostrará quién sostiene la correa en esta relación.
Por años salí a trotar al parque cerca de mi casa, a la misma hora y siguiendo la misma ruta. Me encantaba disfrutar de la vegetación, los niños jugando en el césped, otros andando en skate, y por sobretodo, de los perros que paseaban, corrían tras una pelota, y para qué les voy a mentir… de los chicos guapos que los acompañaban.
Nunca había tenido un perro en casa. Recuerdo un par de mascotas pequeñas, estilo hámster o canarios, pero nunca un ser que quisiera jugar conmigo. Es por eso, que me empezaron a invadir las ganas de adoptar a uno y un día, revisando Facebook, me enteré de unos pequeños que habían quedado huérfanos y necesitaban un hogar. Era un llamado divino y yo tenía que responder. Sin haberlo pensado ni 10 segundos, escribí de vuelta y al día siguiente tenía en mis brazos a un adorable cachorro de pelo esponjoso y que me lengüeteaba con amor.
La vida me cambió. Lo que yo imaginaba como paseos por el parque y conocer chicos, se convirtió en toneladas de popó que limpiar, pelos en los sillones, alfombras destrozadas, llantos nocturnos, dormir menos, cansarme más, y en definitiva, tener un hijo sin haber pasado por los 9 meses de embarazo. Nadie dijo que sería fácil, pero no hay arrepentimiento alguno. Ya que conocí un amor incondicional y mutuo que me hace sentir más viva y útil en este mundo.
Si has pasado por algo similar o estás con ganas de adoptar un perro, te recomiendo que veas el webcomic de Rupert Fawcett llamado Off The Leash Dog. Acá podrás entender, en un tono bastante sarcástico, acerca a la psicología canina, su carácter “juguetón” y sobre la personalidad un poco egoísta y dependiente que pueden mostrar hacia sus amos.
¡Que sus dibujos no te asusten, los perros son lo máximo!