En un lago mortal donde casi ningún animal podría sobrevivir, los flamencos hacen algo increíble

Realmente no creía esto posible…

En la frontera entre Kenia y Tanzania, existe un misterioso lago capaz de petrificar los cuerpos de animales que mueren en sus cercanías. Es el lago Natrón, el lago más mortífero de Tanzania, y recibe su nombre porque sus aguas están infestadas de natrón –un compuesto hecho principalmente de carbonato de sodio, que se utilizaba en el antiguo Egipto para secar las momias–. Es un lugar como ningún otro en el mundo, donde su aspecto con cráteres de sal y prácticamente sin vegetación, harían a cualquiera imaginar que ningún animal podría sobrevivir allí, y de hecho no estarían tan lejos de la realidad.

En este inhóspito lugar donde el pH del agua puede alcanzar niveles de 9 y 10,5 puntos y temperaturas de hasta 60ºC, no podría sobrevivir ningún animal terrestre. Sus aguas son tan saladas que podrían envenenar a la mayoría de los animales y el calor y la ceniza volcánica del cercano estratovolcán Ol Doinyo Lengai –que contamina al lago con el carbonato de sodio y minerales– son las causas naturales de que el lago sea tan letal. Sin embargo, en este lugar hay dos especies que han logrado adaptarse a la perfección, una de ellas es un pez, la otra los flamencos. Este es el único sitio donde el flamenco enano o flamenco chico anida, y para ser más específica, aquí es donde cada año nace más de un millón y medio de estos flamencos.

Anup Shah

Resulta difícil de creer que estas aves puedan sobrevivir en este lugar –de hecho no creía posible que algún animal pudiese habitar aquí– pero tres cuartos de toda la población de flamencos enanos en el mundo vive en la parte este de África y utilizan el lago Natrón como sitio de anidación y tener a sus crías.  Muchos han descrito estas aglomeraciones de flamencos como uno de los espectáculos naturales más fantásticos donde los plumíferos rosados mantienen el perfecto balance entre la vida y la muerte.

Anup Shah

Cuando las bandadas de flamencos llegar al lugar, año tras año, las hembras se alimentarán de las algas rojas  y microbios en los lagos de los alrededores y pondrán un solo huevo por pareja sobre una pequeña isla de sal y cenizas que se forma en Natrón cuando el agua comienza a evaporarse. Lo más impactante es que cada hembra tendrá solo un huevo cada 4 o cinco años.

Felix Borner