Esta teoría podría explicar muchas cosas acerca del comportamiento de nuestro planeta y la existencia de la luna. 

Gracias a un nuevo estudio publicado en la revista Nature, muchos misterios acerca de la Tierra podrían explicarse. Según los científicos, la Tierra podría haber “succionado” a otro planeta fusionándose con él y creando de esta forma una fuente de calor en el núcleo de hierro de nuestro planeta. Esta energía generada habría sido la responsable de crear el campo magnético de la Tierra –que nos protege de la radiación– y la colisión entre ambos planetas también podría explicar la creación de la luna y la existencia de algunos extraños elementos en la corteza y manto de nuestro planeta.

Por mucho tiempo se ha asumido que meteoritos y otros cuerpos rocosos fueron los responsables de generar los bloques necesarios para el crecimiento de la Tierra, sin embargo según datos recolectados en el último tiempo, en la corteza y manto del llamado “planeta azul” hay concentraciones de dos minerales, el samario y neodimio, tan altas que no podrían explicarse por esa teoría –ya que los meteoritos no contienen tal cantidad de estos materiales–.

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Para investigar esto, expertos de la Universidad de Oxford replicaron las condiciones de la formación de la Tierra en aparatos de alta presión y descubrieron que añadiendo un cuerpo similar al del planeta Mercurio, rico en azufre y pobre en oxígeno, la Tierra habría sido capaz de formar esta anomalía que vemos hoy. Con esta fusión el neodimio se habría hundido en el núcleo con mayor facilidad que el samario, dejando más de este último en la corteza y el manto. Además el centro rico en azufre que habría resultado de esta colisión entre ambos planetas podría contener perfectamente elementos radioactivos como uranio y torio. Estos elementos liberan calor al deteriorarse, según explican en LA Times, y su presencia en el núcleo rico en hierro de la Tierra habría sido necesaria para generar la energía requerida para contener el campo magnético del planeta.

Sus resultados también arrojaron una explicación a cómo se mantienen estos elementos al centro de la Tierra: si el núcleo de hierro contiene una fuente de compuestos de azufre sin oxígeno –llamado azufre reducido–, los elementos radioactivos que rechazan al hierro se quedarían ahí y podrían “convivir” con los demás metales. “Para nuestra sorpresa y placer, encontramos que el uranio se dividía en un metal rico en azufre en estas condiciones muy pobres en oxígeno o condiciones reducidas”, señaló Bernard Wood, uno de los principales autores de la investigación. Y para ser más claros, la similitud entre este cuerpo que habría colisionado con la Tierra con el planeta Mercurio sólo es a nivel de su composición y no de su tamaño. Los expertos creen que el tamaño de este planeta en realidad sería más similar a Marte.

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2 enero, 2001