Estas espectaculares imágenes muestran uno de los fenómenos geológicos más interesantes de nuestro planeta.
Contrario a lo que hubieses pensado, en la Antártida hay volcanes. Y lo más impresionante, es que se encuentran activos. Uno de los más reconocidos es el Monte Erebus, un volcán que constantemente está secretando gases y lava de su núcleo. El cráter de este volcán ya de por sí es bastante único: es uno de los pocos en el mundo con forma de una piscina de lava –ya que la mayoría de los volcanes tienen una profunda cámara central de rocas fundidas– y su magma está expuesto en la cima del volcán. Pero hay otra particularidad de la actividad volcánica en esta región polar que llama la atención de científicos y por supuesto osados fotógrafos que se atreven a viajar a este remoto territorio para contemplarlos: las fumarolas.
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Para que te hagas una idea de lo que estamos hablando sólo comienza a imaginar una gran torre de nieve y hielo que humea en su punta. ¿Bastante extravagante no? Así son las fumarolas que se pueden encontrar en los alrededores del Monte Erebus. Estas torres congeladas pueden alcanzar incluso los 18 metros de alto y de ellas se desprenden gases y vapor caliente. El calor proveniente del volcán cubierto de hielo, forma primero cuevas bajo la superficie a medida que va derritiendo la nieve y luego al salir a la superficie, forma estas chimeneas debido al contraste natural del frío y el calor en este ambiente.
Anthony Powell
Hay cientos de estas chimeneas de hielo en los alrededores del volcán y tienen diversos tamaños y formas. Pero más allá de su extravagante aspecto, estas estructuras y cuevas bajo la superficie también son un interesante lugar para investigar qué tipo de vida sería capaz de sobrevivir en estos ambientes, ya que las fumarolas se convierten en una especie de ventana hacia la biósfera de lo profundo del volcán Erebus.
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