Por Catalina Vásquez
24 junio, 2015

Una tradición a la que el mundo entero se opone, por fin está dando muestras de quedar obsoleta. 

En Yulin, China, un festival que se celebra para conmemorar el inicio del solsticio de verano logró hacer noticia en el mundo entero. ¿La razón? En este festival no hay coronas de flores, bailes alegres o deliciosos tragos tropicales para celebrar la llegada del tan esperado verano, pero sí, una matanza. Una absolutamente cruel y despiadada matanza de perros y gatos, para convertirlos posteriormente en comida humana.

Este acontecimiento lleva el nombre de “El Festival de Carne de Perro“, se celebra desde el año 2009 y no es una tradición de antaño como se piensa popularmente, debido a las historias que cuentan los mismos comerciantes locales para impulsar su negocio sangriento. Durante los días previos se captura a los perros desde todas las regiones del país (algunos incluso son robados de los hogares y sus familias). Se los sube a camiones donde apenas pueden respirar de lo apretados que están, y así, se trasladan por días, sin comida ni agua, hasta la ciudad que se convertirá en su tumba. 10.000 perros en las peores condiciones, listos para ser quemados vivos en agua hirviendo, golpeados hasta que se desmayen del dolor, despellejados con unos enormes garfios y convertidos, finalmente, en un trozo de carne listo para ser servido en una mesa.  

Lo único rescatable de esta noticia es que cientos de activistas particulares, organizaciones a nivel mundial y medios de comunicación se organizaron para que el mundo se entera de estas atrocidades. Sacaron fotos, hicieron videos, lo compartieron en las redes sociales y hoy, más de 4 millones de personas han firmado la petición de change.org llamada En respuesta a la protesta pública, el gobierno de Yulin decidió prohibir la masacre pública de los animales, y además, eliminar la expresión “carne de perro” de todas las banderas relacionadas con el festival. Una primera batalla ganada, pero que no asegura la victoria completa, ya que la matanza puede continuar perfectamente a puerta cerrada y aprovechando la oscuridad de la noche.

Efectivamente, y si nos remontamos en el tiempo (durante la dinastía Han 202 a 220 d.C.), la carne de perro se consideraba un manjar. Pero esto duró poco. En las dinastías Sui-Tang (581-907 d.C.) las personas comenzaron a considerar este hábito como algo despreciable y en las siguientes, incluso comenzaron a valorar a los canes como ayudantes y compañeros de caza. Peter Li, un especialista en la política de China de Humane Society Internationalcomentó para CNN Internacional sobre la nueva relación que se vive en China entre las personas y los perros: “En el siglo XXI, el consumo de perro está enfrentando fuertes críticas dentro de China. Tres décadas de expansión económica han dado lugar a un creciente ejército de amantes de los animales y se cree que aproximadamente 30 millones de personas son dueñas de mascotas”. Así, probablemente la industria de carne de perro está luchando una batalla perdida, ya que en el 2011 se terminó con el festival de carne de can de Jinghua, y bueno, hace ya 10 años que no se escucha de matanzas en Beijing, la capital del país oriental.

Además, y nuevamente dándole la razón a los defensores de los animales, esta industria presenta una grave amenaza para la salud humana, al existir riesgos de ser infectados con rabia. China tiene el segundo lugar a nivel mundial en incidencia por esta enfermedad, y Yulin específicamente, es la ciudad con más casos de todo el país. Esto no se contagia por comer la carne, pero sí por el manejo que los vendedores tienen de los perros, al existir la posibilidad de ser mordidos.

Una extraña realidad que ocurre al otro extremo el mundo, pero de la que sí podemos formar parte de su detención. Como dije en párrafos anteriores, se puede firmar la petición de change.org para demostrar nuestro descontento hacia la masacre, y por supuesto, difundir este tipo de información en las redes sociales para que todo el mundo se entere. Además, podemos seguir el consejo que organizaciones como PETA (Personas por el Trato Ético a los Animales) nos entregan, al dejar de comprar guantes, cinturones, juguetes de gato y otros accesorios, que lo más probable es que hayan sido confeccionados con piel de perro. 

Finalmente y parta dar un toque luminoso a esta noticia, quiero destacar a Yang Xiaoyun. Una mujer de 65 años que recorrió más de 2.000 kilómetros y gastó cerca de 1.000 dólares para salvar la vida de 100 perros destinados a ser sacrificados y convertidos en carne en la feria. Un verdadero ejemplo que espero, sirva para inspirar a muchos más.

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Yang Xiaoyun, una de las heroínas de esta terrible historia. 
Candy Earl

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