Por Romina Bevilacqua
24 abril, 2015

Se estima que este desecho tarda hasta 450 años en degradarse, ella pudo hacerlo en poco más de 2 meses. 

Probablemente cuando los pañales desechables vinieron a reemplazar a los pañales de tela, nadie tomó en cuenta el fuerte impacto ambiental que estos significarían una vez utilizados. Es cierto, los pañales desechables son muy prácticos y una vez que los utilizas te olvidas de ellos, pero hoy en día la tecnología de los pañales de tela ha mejorado bastante. Un pañal desechable por lo general terminará en un vertedero esperando su descomposición por los próximos 200 a 450 años y mientras tanto liberará químicos contaminantes. Es por eso que la profesora Rosa María Espinosa Valdemar, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana en México, decidió buscar una solución a este problema y su respuesta la encontró en unos hongos de la especie Pleurotus ostreatus. Espinosa descubrió una forma de degradar los pañales desechables en sólo 2.5 a 3 meses al cultivar estas setas en ellos. Para lograrlo tuvo que seguir los siguientes pasos:

Primero recolectó pañales –sólo aquellos con residuos líquidos– y los esterilizó mediante una técnica de calor a presión. Luego los desmenuzó y molió sus componentes para formar el sustrato donde luego crecerían las setas y lo mezcló con lignina, un nutriente que necesitan las setas y que se encuentra en otras fuentes naturales como el pasto, café o coronas de piña –en este caso se utilizó la poda de pasto–. Para finalizar reprodujo las esporas del hongo y las colocó en estas camas de cultivo.

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“Tenemos que reproducir al hongo y obtener lo que comercialmente llamamos semillas, que es el crecimiento de las esporas del hongo sobre alguna semilla de trigo o sorgo. El producto obtenido se esparce sobre el sustrato (contenido en bolsa de plástico) y se mantiene de dos a tres semanas en la oscuridad con humedad y temperatura controladas, para luego exponerlos a una fase luminosa”, cuenta Espinosa.

Probablemente pienses que todo esto puede ser un procedimiento bastante asqueroso y sucio, sin embargo luego de que el proyecto dio resultado, el equipo de Espinosa decidió probar los hongos que crecieron. “Estábamos seguros de que no contenían sustancias contaminantes ni microorganismos infecciosos, ya que realizamos un análisis y encontramos que su contenido de proteína, grasa, vitaminas y minerales es igual que el de los hongos comerciales. No tendrían por qué se diferentes, sobre todo porque los pañales se esterilizan“.

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De todas formas Espinosa señala que las setas nunca salieron del laboratorio y tampoco se espera que sean destinadas para el consumo humano, sino que lo importante era que su función para degradar los pañales desechables y reducir los desechos que estos producen. Para ella, que vive en México –el tercer país consumidor de pañales desechables a nivel mundial– esto era su mayor incentivo, ya que en el país alrededor del 5% al 11% de la basura corresponde a este desecho.

“Con esta tecnología, un pañal desechable se degrada en sólo 2.5 a 3 meses y su volumen se reduce hasta en un 80%. Por cada kilo de pañales, sólo quedarán 200 gramos de residuos, obteniendo 300 gramos de setas”, dice Espinosa quien además explica que los materiales que quedan de este proceso podrían tener distintas aplicaciones. Las setas podrían usarse como complemento para alimentar ganado; el gel que contiene los líquidos podría aplicarse en suelas de baja humedad; y, el plástico se podría enviar a reciclaje.

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