Por Romina Bevilacqua
14 mayo, 2015

¡Al fin buenas noticias! Para 2040 se espera que el agujero en la Antártida haya disminuido significativamente. 

Desde 1983 un preocupante fenómeno ha afectado nuestra capa de ozono dejando a la tierra desprovista de protección ante un importante –y alarmante– porcentaje de radiación UV que afecta directamente la salud del ser humano –su exposición está vinculada a quemaduras superficiales, cáncer de piel y cataratas–. Los químicos producidos por la humanidad conocidos como cloro, bromo o hidroclorofluorocarbonos (HCFC), han afectado la capa protectora de la Tierra y generado un orificio al que se ha llamado “el agujero de ozono en la Antártida” que con los años ha ido variando su tamaño y alcanzado un preocupante tamaño de casi 21 millones de km2.

Hace algunos años sin embargo, diversos científicos comenzaron a notar que gracias a las restricciones impuestas a los contaminantes liberados a la atmósfera, el daño a la capa de ozono comenzó a revertirse y gracias al estudio realizado recientemente por la NASA ya podemos tener una idea de cuánto podría tardar en recuperarse completamente.

https://youtu.be/n-LHTO_r1Ug

Gracias a la información recabada por el satélite Aura, la NASA ha calculado que el proceso de regeneración de la capa de ozono en esta área tardará al menos hasta 2040 donde el agujero “Finalmente y permanentemente se encogerá bajo los 21 millones de km2 y debería estar completamente recuperado para fines de este siglo“, según señala el estudio del Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA.