Por Catalina Vásquez
6 julio, 2015

Tuvo un delicioso pastel para celebrar ese día tan especial.

Raju, es un elefante asiático que acaba de celebrar un aniversario muy especial. Tiene más de 50 años, no se sabe específicamente cuando nació, pero lo que sí se sabe, es que acaba de cumplir un año en absoluta libertad, tras toda una vida de trabajo forzado y encadenamiento. El hito mereció nada menos que un delicioso pastel con los ingredientes preferidos del enorme animal mientras se daba un chapuzón, y por supuesto, las felicitaciones pertinentes de todos los cuidadores del Santuario de Vida Silvestre Wildlife S.O.S de la India.

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El elefante, que se hizo conocido por llorar cuando le dieron la libertad, había pasado toda su vida pidiendo limosnas junto a su dueño en los lugares más turísticos de la capital de la India y tenía unas cadenas en las patas que le dejaron heridas crónicas. De hecho, las almohadillas de la parte inferior de sus pies estaban desgastadas de tanto caminar sobre el asfalto, y la falta de comida, lo habían llevado a alimentarse de lo que le daban los turistas, e incluso, desechos plásticos. 

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Es a raíz de esto, que un equipo de rescate de la ONG Wildlife S.O.S, pasó todo un año en batallas legales y finalmente obtuvo el permiso para quitarle las cadenas. Un momento que no dudaron en capturar y que dejó a todo el mundo realmente impresionado, ya que de los ojos del majestuoso animal, brotaron lagrimas, que pueden ser traducidas en alivio y felicidad por el cambio que se avecinaba, o para los más racionales, en dolor por las cadenas.

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De todas formas, la vida de Raju a cambiado de manera radical. Hoy, tras un año de su rescate, parece haber sanado de las cicatrices tanto físicas como emocionales. “Raju ha llegado tan lejos en el último año, y gran parte de este crecimiento se debe a su increíble capacidad de perdonar el trato reprochable que sufrió durante toda su vida”, dijo Nikki Sharp, la directora ejecutiva del Wildlife S.O.S de Estados Unidos.

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Una historia con final feliz, pero que no nos debe dejar absolutamente satisfechos, ya que siguen siendo incontables los casos de elefantes, tigres, osos, y todo tipo de animales, que sufren de la exposición constante y trabajo forzado por culpa del hombre. Recuerda: Es nuestro deber el denunciar estos hechos, ya que se trata de seres indefensos y que no tienen voz para defenderse.

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