Al parecer son tan unidos que él ni siquiera lo deja solo cuando va de compras.
A paso firme y sin prisa este par de amigos se ha convertido en una agradable visita para los habitantes del barrio Tsukishima. Ya los han visto varias veces recorriendo las calles del sector y –por el tamaño de la tortuga– probablemente han pasado varios años juntos. El misterioso dúo además se complementa a la perfección en sus caminatas, mientras el hombre camina pacientemente, la tortuga se mantiene a su lado sin desviarse del camino. Y en ocasiones incluso lleva algún traje de vestir.
Lo que no deja de ser un tanto irónico –y triste– es que mientras esta tortuga de espolones africana (Geochelone sulcata) pasea por las calles de concreto de Japón, su especie que habita en el desierto de Sahara, actualmente está amenazada, entre otras causas, por el proceso de urbanización de su hábitat.
Esto junto a otros peligros como la desertización, la agricultura, las pasturas, así como el uso de su carne en la alimentación local y la medicina tradicional, han hecho que la especie sólo pueda sobrevivir dentro de parques nacionales y reservas de fauna. Así que esperamos que este hombre esté al tanto de la delicada situación de la especie de esta tortuga y le entregue los cuidados que ella necesita.
