Un estudio reciente afirma que comprar una bicicleta no sólo reduce las emisiones de carbono, sino que también impulsa la economía. ¿Quieres reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ponerte en forma, y ayudar a generar nuevos puestos de trabajo? Elige andar en bicicleta.
Ese es el hallazgo del primer estudio exhaustivo sobre la industria de las bicicletas en Europa, que entrega detalles sobre una economía ciclista que emplea a más de 655.000 personas en las industrias tales como el comercio minorista, fabricación, inversión en infraestructura y el turismo. Con sólo dos ruedas, la industria está creando más empleos que la industria del calzado de moda en Europa (388.000 empleos), el bien establecido sector del acero (410.000), y tres grandes empresas de automóviles de los Estados Unidos (Ford, General Motors y Chrysler) combinadas (510.000).
Holger Haubold, oficial de la política fiscal y económica en la Federación Ciclista Europea y quien encargó el estudio, dijo que el ciclismo permite a las ciudades y países reducir sus emisiones de carbono sin obstaculizar el crecimiento económico. “El estudio muestra que las ciudades y las comunidades deben considerar los numerosos beneficios de la bicicleta, al momento de tomar decisiones de inversión en el ámbito del transporte“, dijo Haubold. “Esto demuestra que estos beneficios no sólo consisten en reducir la congestión, reducir las emisiones de CO2 y mejorar la calidad del aire, o mejorar la salud pública, sino que también son un impulso para el crecimiento económico y la creación de nuevos puestos de trabajo”.
En este momento, el 3% de los viajes realizados por los ciudadanos de la Unión Europea son en bicicleta y si ese número se duplicara, Haubold señala que podría haber más de un millón de puestos de trabajo relacionados con el ciclismo para el año 2020. Los ciudadanos estadounidenses, en comparación, no son tan propensos al uso de la bicicleta. En el año 2009, una encuentra nacional de transporte reveló que el 1% de los viajes realizados en todo el país fueron en bicicleta. De todas formas, eso es un aumento del 25% en la cantidad de viajes desde el año 2001.
La Federación Europea de Ciclistas argumenta que el 10% del presupuesto de transporte debería ser dedicado a la infraestructura relacionada con el ciclismo. Eso se traduciría en 205 mil millones de dólares en beneficios económicos para Europa a través de los ahorros en los costos de salud y de combustible, menores emisiones de carbono y los empleos generados por las ventas de bicicletas y su relación con el turismo.
“Además de cuantificar el efecto de generación de empleos derivado de la economía de ciclismo, el estudio también muestra que los puestos de trabajo relacionados con las bicicletas son geográficamente más estables que otros sectores“, dijo Haubold. “Se benefician las economías locales y ofrecen acceso al mercado laboral a trabajadores que carecen de calificaciones o grados académicos más altos”.
Visto en: Take Part