Por Romina Bevilacqua
17 julio, 2015

Puedo nombrarte al menos 3 asquerosas razones, pero creo que sólo una de ellas bastará para convencerte. 

¿Cuántas veces has abierto la puerta y entrado a tu casa con los zapatos puestos? ¿Cientos? ¿Miles? ¿Millones de veces? Bueno, quizás es tiempo de que dejes de hacerlo. Según un reciente estudio de la Universidad de Houston, el 39% de las suelas de zapatos y 40% de las entradas de hogares a los que les hicieron pruebas, estaban contaminados con la bacteria Clostridium difficileque es resistente a una serie de antibióticos. Las infecciones causadas por estos organismos tienen como consecuencia una severa diarrea líquida, que en ocasiones puede evolucionar hasta convertirse en una peligrosa inflamación del colon.

“Los zapatos son contaminados por diversas fuentes (por ejemplo a través del excremento de animales como perros o aves) y están constantemente contaminando las entradas de nuestros hogares”, señala el autor principal del estudio, M. Jahangir Alam quien además destaca que una vez que las esporas de la bacteria C.difficile se posan sobre una superficie, pueden vivir allí por meses. Pero el hecho de que puedas estar acarreando esta sucia bacteria hasta tu casa es sólo uno de los casos a los que deberías poner atención.

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Malene Sola

1. Bacterias

Hay un sinnúmero de bacterias que podrías estar llevando a casa a través de tus zapatos. Sólo piensa que cada vez que pisas el suelo de un baño público te expones a alrededor de 2 millones de bacterias por cada 6,5 cm2 (valor que en un baño privado desciende a 50 bacterias en 6,5 cm2). Y según un estudio realizado por la Universidad de Arizona, en la parte exterior de los zapatos residen un promedio de 421.000 bacterias de 9 cepas diferentes. Algunas de las más peligrosas que encontraron durante su investigación fue la Escherichia coli (E coli) que puede causar infecciones intestinales, diarrea y en casos puntuales y menos comunes, meningitis; Klebsiella pneumoniae, que puede causar infecciones en el tracto urinario, entre otros.

“Lo que ocurre con el zapato es que los ambientes donde uno camina, como las hojas y escombros, pueden servir de alimento para las bacterias y ayudarlas a crecer“, señala Kelly Reynolds, microbiólogo y profesor en la Universidad de Arizona, quien además señala que esto puede influir en que las bacterias puedan sobrevivir en los zapatos por días e incluso semanas.

2. Toxinas

Otro problema que puedes encontrar en tus zapatos son las toxinas. Según un estudio realizado por el Instituto Battelle, las toxinas que se encuentran en el ambiente exterior y en el jardín pueden ser arrastradas fácilmente hasta el hogar, ya que las toxinas se adhieren a las partículas de polvo. “Piensa en el agua de lluvia”, señala Reynolds. Puede tener incluso partículas de gasolina y otros químicos.

3. Suciedad

Tierra, polvo, restos de excremento, entre otros, son algunas de las partículas que a diario tu zapato recolecta mientras caminas. “La suciedad por sí sola no es dañina”, señala Reynolds, pero probablemente quieras mantenerla en mínimas concentraciones, especialmente si tienes algún pequeño que juega constantemente en el suelo.

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