Después de una dramática experiencia, este científico encontró algo nunca antes visto en las tormentas.
En medio de una gran tormenta, un avión comenzó a virar para evitarla, se dirigió hacia el lugar donde los instrumentos le indicaban que había señales de radio viniendo aparentemente de Georgia en EE.UU. Al menos eso es lo que el piloto creyó hasta que llegó al lugar y notó que en realidad estaba dirigiéndose al núcleo de la tormenta eléctrica. Hubo una fuerte turbulencia y el avión se movió para todos lados hasta que de repente comenzó a caer. “Realmente pensé que iba a morir”, cuenta Joseph Dwyer, un físico atmosférico de la Universidad de New Hampshire que iba en el avión junto a su equipo porque estaban en busca de rayos gamma. Pero además del susto que se llevó todo el equipo, al quedar atrapados en la tormenta divisaron algo inexplicable: el avión no sólo había volado entremedio de una aterradora tormenta, también había pasado por una inesperada y misteriosa nube de antimateria.
El avión que llevaba a los científicos, tenía detectores de radiación gamma –que era lo que estaban estudiando ellos– y durante la tempestad captó tres picos de radiación gamma con una energía de 511 kiloelectrónvoltios, la energía típica encontrada cuando un electrón y un positrón se aniquilan y producen energía en la forma de rayos gamma. Aunque se habían encontrado positrones –la versión antimateria de un electrón– antes en poderosas tormentas, la antimateria observada por Dwyer y su equipo en la tormenta eléctrica no podía ser explicada por ningún proceso conocido. “Fue tan extraño que nos quedamos pensando en esta observación por años“, cuenta Dwyer quien vivió la experiencia en el avión en 2009 y recién ahora hicieron públicos sus descubrimientos.
Estrictamente hablando, la antimateria es materia común y corriente con una diferencia sustancial: su carga eléctrica es opuesta a la convencional. Así un electrón en vez de tener carga negativa, tiene carga positiva –y se llama positrón– y un protón en vez de tener carga positiva tiene carga negativa. Pero hay otra cosa importante en esto y es que la antimateria, además de tener las cargas invertidas, tiene energía negativa por lo tanto al encontrarse con la materia –que es energía positiva– se anulan entre sí, por lo mismo es tan inusual encontrar antimateria en la Tierra. Quienes sí ven este fenómeno más seguido son los astrónomos, cuando estudian agujeros negros o cuando antimateria es arrojada desde el espacio en los rayos cósmicos, y por lo mismo encontrarla en una tormenta eléctrica parecía tan peculiar para los científicos en el avión.
La explicación de este fenómeno no queda muy clara, pero una de las explicaciones que dieron los científicos es que podía deberse a que los electrones son expulsados por la tormenta a la velocidad de la luz y en el camino liberan dos rayos gamma para perder algo de energía. Si estos rayos gamma golpean algún núcleo atómico, se transforman desde dos olas de energía a una partícula de materia y otra de antimateria –un electrón y un positrón–. Este proceso es bastante largo y requiere de mucha energía y aunque hubo algunos rayos gamma detectados con energía suficiente para crear un positrones y electrones, no fueron suficientes para que los científicos se convencieran completamente de esta teoría.
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Así que tuvieron una segunda idea: quizás estos positrones cayeron a la Tierra a través de algún rayo cósmico, el problema de esta segunda teoría es que además de positrones los científicos deberían haber visto muchas otras radiaciones y no las vieron. Así que por el momento Dwyer y su equipo continúan trabajando para averiguar qué es lo que forma estas extrañas nubes de antimateria y están pensando en enviar objetos inflables con sensores y detectores cerca de tormentas eléctricas para que midan la emisión de partículas de materia y antimateria en ellas.