Los dueños de cultivos en climas más fríos, utilizan varios recursos que logran extender la temporada de cultivo y estimular las cosechas. Algunos métodos utilizados son el cajón vivero, el politúnel y el invernadero.
Los invernaderos generalmente son estructuras de vidrios, que normalmente son caras de construir y mantener calefaccionadas durante el invierno. Una alternativa mucho más asequible y efectiva a los invernaderos de vidrio es el Walipini (una palabra aimará que significa “lugar de calor”), es también conocido como un invernadero subterráneo o en un hoyo. Desarrollado por primera vez más de 20 años atrás de las frías regiones montañosas de América del Sur, este método permite mantener un jardín productivo todo el año, incluso en los climas más fríos.
Aquí tienes un video en ingles que hace un pequeño tour por el invernadero Walpini.
httpv://youtu.be/cGuy2DOZEcY?list=PL5b0hZQBbi3bAuJDkWIqPs-kcqOCddI9-
Cómo funciona un Walipini y cómo construir uno
Es una construcción intrigante que combina los principios de calor solar pasivo con un edificio protegido por la tierra. ¿Pero cómo hacer uno? El Instituto Benson de agricultura sostenible sin fines de lucro en Estados Unidos creó un manual que indica cómo funciona un Walipini, y cómo construirlo:
El Walipini utiliza los recursos naturales y entrega un ambiente cálido, estable y bien iluminado para producir vegetales durante todo el año. Los principios más importantes para construir un Walipini exitoso son crear un área de cultivo unos dos metros bajo tierra y capturar y almacenar la radiación solar durante el día.
El Walipini, en sus términos más simples, en un hoyo rectangular en el suelo de unos 2 metros de profundidad cubierto con una sábana de plástico. El área más larga del rectángulo está de frente al sol de invierno: al norte en el hemisferio sur y al sur en el hemisferio norte. Una gruesa pared de tierra en la parte de atrás del edificio y una pared mucho más baja al frente crean el ángulo necesaria para el techo de plástico. Este techo sella el hoyo, provee un espacio aislado entre las dos capas de plástico (una sábana arriba y otra bajo el techo/poste) y permite que los rayos del sol penetren, creando un ambiente cálido y estable para el crecimiento de las plantas.
Este invernadero protegido por la tierra recurre a la masa térmica de la tierra, por lo que se necesita mucho menos energía para calentar el interior de Walipini que un invernadero sobre el suelo. Por supuesto, se deben tomar precauciones para impermeabilizar, drenar y ventilar el Walipini, así también como alinearlo de forma correcta con el sol.
Lo mejor de todo, según el Instituto Benson, el Walipini de 6 metros por 23 en La Paz tiene solo un valor de US$250 a US$300, gracias al trabajo gratis que realizan los dueños y vecinos, y el uso de materiales baratos como plásticos ultravioleta (UV) y tuberías de PCV.
Barato, pero efectivo, el invernadero subterráneo es una gran forma para que los cultivadores produzcan comida durante todo el año en climas fríos.