En medio de la catástrofe quedó un héroe para ayudar a los más indefensos.
Cuando el tsunami del 2011 dejó inutilizable la planta nuclear de Fukushima, en Japón, cientos de personas huyeron por sus vidas, dejando casi todo atrás, incluyendo a sus animales. Cuatro años después, Naoto Matsumura, un granjero de 55 años, es el único, EL ÚNICO, que ha regresado para cuidar de ellos.
En el pequeño pueblo de Tamioka, a menos de seis millas de la central nuclear de Fukushima Daiichi, vivían 52.677 personas. Hoy queda 1. Matsumura, o mejor conocido como “el último hombre de Fukushima”, se expone diariamente a una radiación 17 veces más elevada que la de una persona normal, ingiere carne, vegetales y pescado radiactivos y no parece preocupado por desafiar al gobierno al vivir en una zona donde esta prohibido poner un pie.
¿Por qué mantiene este estilo de vida solitario y potencialmente peligroso? Por los animales. Cuatro años después del tsunami, Matsumara sigue alimentando diariamente a todos los animales que puede. Sin embargo, este héroe no ha trabajado solo. Los alimentos y agua que se encuentran dentro de la zona de exclusión, ya no son seguros, por lo que mucho de lo que consumen debe ser traído desde el exterior con la ayuda de donantes que decidieron apoyar su causa.
“Todos hemos sido abandonados por el gobierno”, dijo Matsumara al documentalista japonés Maya Nakamura el año pasado. “Así es que los animales y yo nos quedamos aquí. Nací y me crié en este pueblo, cuando muera, también será aquí”.
A pesar de la decisión de vida que tomó, Matsumara tiene su propio hijo. Un pequeño de dos años llamado Naoli. Él y su madre viven fuera de la zona de exclusión. Matsumara conoció a su mujer en tour antinuclear de Japón y Europa antes de que comenzara a ayudar a los animales. No saben cuándo, ni si es que será posible, podrán volver a vivir juntos como familia.
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