No tiene la menor conciencia de su peso, las filosas garras o el pánico que puede causar en los despistados caminantes.
Un pequeño pueblo de Holanda llamado Noordeinde, por estos días se encuentra lleno de fotógrafos y turistas. La verdad es que este lugar no es más que un punto en el mapa, sin mayores atracciones ni postales donde sea realmente interesante sacar una foto, hasta hoy que un habitante muy particular llegó, y al parecer para quedarse.
Se trata de un hermoso búho real, de 2,6 kilogramos, que por extraño que parezca se sube sobre las cabezas de la gente. Tal cual. No es que los confunda con ramas de árboles, ni tenga preferencia por los calvos. Sólo aterriza, sin previo aviso y de forma espontánea, sobre las personas en las que se le da la gana.
Aunque se desconocen las razones de este extraño comportamiento, los habitantes locales aseguran que no es peligroso, ya que no pica, ni araña a sus víctimas. Y a raíz de esto, se piensa también, que podría estar domesticado y haber escapado de un aviario situado en la localidad de Oosterwolde, a unos cuantos kilómetros. Sin embargo, los dueños del aviario a pesar del tiempo y toda la notoriedad que ha generado el búho, no lo han reclamado.
Una situación que no preocupa a los habitantes de Noordeinde. El búho es toda una celebridad y el que escoja tu cabeza para pasar unos segundos, e incluso minutos, es todo un honor.
“He visto fotógrafos y observadores de aves de todo el país, desde La Haya a Spijkenisse. Todo por ver al búho real. ¡Nuestro pueblo está finalmente en el mapa!”, dijo con alegría un lugareño, al NLTimes.
Ve más fotos de su genial particularidad a continuación: