Se llama Fe y su historia es una fuente de inspiración.

Al nacer con las dos patas delanteras severamente deformadas, su madre tomó la triste decisión de asfixiarla para que no le tocara sufrir en este mundo tan difícil. Por esas casualidades de la vida o definitivamente el destino, un chico pasó por el lugar y alcanzó a detener ese trágico momento. La tomó en sus brazos y conmovido de su realidad, decidió ayudarla.

Así inicia la historia de Fe, una pequeña que su propia madre quiso eliminar, a la que los veterinarios recomendaron sacrificar, pero por la que una maravillosa familia decidió poner las manos al fuego. Y tras semanas de entrenamiento, mantequilla de maní como incentivo y mucho amor, logró conseguir lo imposible, hacerla caminar con buen equilibrio y agilidad, en 2 patas al igual que un humano. 

Ve el resto de su impresionante historia en el video a continuación:

https://youtu.be/nK0FlpGFfTo

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