Por Romina Bevilacqua
25 diciembre, 2014

Mientras nos seguimos preocupando por nuestra dependencia al petróleo, diversos científicos alrededor del mundo intentan buscar soluciones a este problema. Ya hemos escuchado de otras iniciativas para extraer energía de las algas –como la utilizada en el edificio de algas en Hamburgo–, pero esta vez la atención está sobre el desarrollo de la tecnología para la producción de biocombustible a partir de esta planta acuática. 

A fines de diciembre de 2013 el Smithsonian informó que científicos convirtieron algas en combustible utilizable (petróleo crudo) en menos de una hora y a un costo lo suficientemente económico para competir con la gasolina. Se trata del biocombustible que más se asemeja al crudo que extraemos de los suelo. Gran parte de lo que conocemos como el petróleo era, después de todo, formado a partir de estos mismos microorganismos, a través de una conversión facilitada por el calor natural en el transcurso de millones de años.

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Los investigadores del Departamento de Energía del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste en Richland, Washington, descubrieron la forma no sólo de replicar, sino que también de acelerar considerablemente este proceso de “cocina” hasta el punto que una pequeña mezcla de algas y agua puede ser transformada en un tipo de petróleo en menos de una hora. Además es fácilmente capaz de ser transformado en gases  consumibles como los que se utilizan para los aviones (jets), gasolina o diesel. La tecnología patentada también genera, como un subproducto, elementos químicos y minerales que se pueden utilizar para producir electricidad, gas natural e incluso fertilizantes para, quizás, crecer aún más algas. También podría ayudar a marcar el comienzo de las algas como una alternativa viable; un análisis demuestra que la aplicación de esta técnica en una escala más amplia puede permitir a las empresas vender biocombustibles comercialmente por un precio tan bajo como dos dólares por galón.

Así las algas podrían ser el gran reemplazante de combustibles como el petróleo. En ellas permanecen latentes enormes reservas de biocombustible y las estimaciones que comparan las algas con el aceite de palma (otro efectivo reemplazante para generar energía), encuentran que las primeras pueden producir de 7 a 31 veces el combustible que puede producir el  aceite –así que el uso de algas podría al menos controlar el uso de las tierras que se están destinando para plantar palmas para extraer el aceite y que están incrementando los niveles de deforestación–.

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Visto en: Smithsonian