Por Romina Bevilacqua
2 diciembre, 2014

Noticias como esta nos recuerdan que aún hay muchas personas que no dan a los animales la importancia que merecen. Las políticas de protección animal y de caza solo son efectivas en la medida que las personas las cumplan y las respeten, pero para esto es necesario que todos aprendan a valorar lo relevantes que son estos seres para el medio ambiente, para nuestro planeta. Si bien no es ilegal cazar alces en Nueva Escocia, lo que ocurrió a fines de 2013 sirvió para llamar la atención de los cazadores y, ojalá, para enseñarles una lección.

Cuando un grupo de cazadores subió una fotografía a las redes sociales junto a su reciente “botín”, se desató una polémica. Se trataba de un escaso alce albino considerado como un “espíritu animal” sagrado por los indígenas Mi’kmaq, de Nueva Escocia, y la indignación hacia los cazadores se extendió rápidamente tanto en línea como en la comunidad local Mi’kmaq.

Según informó la CBC en ese entonces, las comunidades aborígenes sabían de la presencia del alce hace años, pero no lo cazaban porque era considerado sagrado: “Sabemos de su importancia y hemos estado enseñándole a la población no nativa por casi 500 años sobre la importancia que este y otros animales blancos juegan en nuestras vidas“, dijo Danny Paul, cazador de las comunidades aborígenes. “No debemos hacerles daño de ninguna manera o forma, ya que podría ser uno de nuestros antepasados ​​que vienen a recordarnos algo significativo que va a pasar dentro de nuestras comunidades”, agregó.

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Como es típico de los cazadores de trofeos, los hombres no tardaron en compartir fotos de sí mismos posando con el animal muerto, pero cuando se corrió la voz de que el raro alce había muerto la indignación se extendió en línea:

“No puedo creer que alguien pueda matar a una criatura tan hermosa. Supongo que ahora piensan que son realmente grandes hombres. Vergüenza, vergüenza, vergüenza”, decía un mensaje. “¿Cómo puede ser que algo que es tan sagrado y honrado por la comunidad quede como trofeo?“, comentó un compañero cazador que dijo estar devastado. “Cuando algo es tan raro en la naturaleza, sólo déjalo en paz”, concluyó otro.

Según Jim Hnatiuk, un taxidermista local quien fue el primero en informar lo que los cazadores habían hecho, esto se ha convertido en una oportunidad de aprendizaje para los cazadores: “Los cazadores han compartido que se sienten arrepentidos y lamentan que por no estar informados, esto haya sucedido. Algunos pueden que no lo acepten, pero eso no cambia lo que es verdad“.

“Ellos son buenos hombres y no rompieron ninguna ley y han expresado que habría sido agradable haber sabido más acerca de la importancia de estos alces blancos. Esperemos que a través de esto, muchos estén más informados y que esto sea el catalizador para incrementar la actuación”, añadió Hnatiuk.

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AFP también informó que los lugareños consideran que es mala suerte matar animales blancos, lo que pudo haber sido un factor en la motivación de los cazadores en tratar de hacer las paces con la tribu Mi’kmaq devolviendo la piel, para que se pudiera llevar a cabo una ceremonia de cuatro días en honor del animal.

Si bien los cazadores pidieron disculpas públicas por lo ocurrido, ya era muy tarde para el alce. Y por cierto, los cazadores se quedaron con la cabeza del alce como trofeo.

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Fuentes: Tree Hugger, Daily Mail, CBC